Foto : Balonmano Aragón
A la tercera jornada llegó
la hora de encender el casillero. Dos puntos después de derrotar al Bidasoa de Irún (30-28) son lo único
realmente constatable de un partido que deja más interrogantes que respuestas.
Se antojaba muy necesario empezar a sumar para evitar borrascas y eso es el
mensaje con el que debemos quedarnos. Junto con ello, ocho goles de Demetrio
Lozano, un canto a algo más que la longevidad deportiva. Con casi cuarenta
tacos, Deme es el jefe en una liga
devaluada y en un equipo en similar tesitura. Seguimos buscándole relevo y
erramos al plantearnos la pregunta. Este deportista, con mayúsculas, estará al
pie del cañón hasta que le de la gana. Así de fácil.
En contraste, Bidasoa, posiblemente el equipo más
limitado de esta liga, tiene a un chaval de diecinueve años que tiene la virtud
de hace fácil el balonmano. Botar,
pasar y tirar con la facilidad y el descaro de la gente buena es lo que hace a Azkue diferente. Ayer nos dejo diez
recuerdos en Zaragoza y a él se debe
agarrar un aguerrido Bidasoa para
pensar en la permanencia. No obstante, el “mago
de Orio”, Vidal, Mujika y un 6:0 duro no deberían haber sido, a priori, argumentos suficientes
para poner en tantos aprietos al Aragón.
No fue esa la historia y a quince minutos del final el Bidasoa tuvo un par de ataques para ponerse tres arriba (18-20). No los aprovechó, la de nuevo
escasa grada apretó y un par de buenas defensas (algo excepcional ayer)
metieron al Aragón en la recta final
a la misma altura que los vascos pero con la inercia a favor. Así, en el minuto 55, el partido estaba definido (26-23).
Tal vez fueran los nervios
por querer un triunfo que respaldara el crecimiento del equipo pero ayer, en
medio de idas y venidas, no se pudo extraer nada sólido que permita hacernos
una idea real de qué tenemos entre mano. El tiempo y los acontecimientos en
forma de partidos (ojo, nos tocan dos desplazamientos seguidos: Cangas y Logroño) irán dibujando al Balonmano
Aragón. Ayer falto poso y jerarquía
a la hora de llevar el partido, plasmar la supuesta superioridad del Aragón en algo que las palabras. Mucha
culpa de ella tiene una defensa a la que le falta muchas veces movilidad y algo
más de contundencia. La identidad de este Aragón
necesita crearse desde atrás, aprovechando a ese gran portero que es Jorge Gómez. Ya Asier-Val, ya cualquiera de estos dos con Miguel Sánchez, se debe exigir un plus al 6:0 aragonés porque ayer la primera línea irundarra campó demasiado
a sus anchas, combinado solventemente y encontrando, sobre todo en la segunda
parte, mucho espacio para armar el brazo.
Fue elocuente muestra de la
ausencia de poderío el ver como Zubiria,
después de no olerlas en la primera parte, sacaba tres pelotas seguidas y eso
era suficiente para colocar a los suyos en franquicia (min.36; 15-17). Si nuestra defensa era permisiva, el ataque era una
incertidumbre con Ángel Pérez
desaparecido. Encontrar a Val y a
los extremos, al borde del pasivo si hace falta, parece imprescindible y si con
el casetero parece que va afinándose la conexión, según lo visto en Pamplona y ayer, con los extremos aún
queda camino. Basmalis apuntó cosas
inteligente en este sentido, con movimientos que facilitaban líneas de pase a
la segunda línea, algo necesario cuando se carece de un brazo potente. Puede
que el dibujo final de la primera línea, con Deme de central, Rial a
brazo cambiado y un valiente Miguel
Sánchez en el diestro, sea un hecho a valorar para siguientes concursos.
Mientras, dos puntos que suma el Aragón
y suman a mismo Aragón. Sujeto y
objeto de un equipo en mutación. Próximo experimento: Cangas del Morrazo.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáez