Hacerse querer por la afición es algo por lo que luchan, de una u otra manera, todos los jugadores de un equipo. Lograr mantener ese afecto durante años, incluso cuando uno ya ha cambiado de club, es mas difícil de conseguir. Uno de esos casos es el de nuestro querido Stian Vatne. Basta con ver y leer blogs, webs o foros de equipos por donde el ha pasado para ver que es una persona a la que aprecian y recuerdan. El cariño y respeto que nuestra afición tiene por su trabajo en el equipo es también más que notorio. Por eso ayer nos dolió a todos saber de su lesión. Por su gran aportación a la defensa del equipo, pilar fundamental del buen funcionamiento del mismo, y por su entrega y lucha. Este “hombre tranquilo” que se transforma en nuestro “Defensor de Zaragoza”, premio que le acaban de otorgar nuestros peñistas.
Ayer pudimos ver en Alagón, donde el equipo preparo el retorno a la competición contra el Alcobendas, como existen opciones de garantía en defensa. Nuestro gran Carlos está tremendo en defensa y tremendo en ataque. Lo de Abel ya no es sorpresa, nos ha acostumbrado a ver como pelea sin descanso con todo aquel que ose acercarse a su territorio. Alfredo es otro de los que no se esconden en defensa, y además ayer soltó brazo con ganas. Ver como recuperábamos a Toño fue otra de las buena noticias del parido, junto con una buena línea de Pablo, con grandes paradas que confirman su buen partido de La Almunia.
La parte negativa de la jornada se la llevan esta vez los amigos colegiados. No es de recibo que en un partido como el de ayer acaben desquiciando a mas de un jugador. Duele, de verdad, criticar a los árbitros, un colectivo de deportistas tan imprescindible como los propios jugadores y con una tarea complicada, que exige rápidas decisiones no siempre sencillas. Pero si la de ayer era una de las parejas de mayor nivel de Aragón el tema es preocupante. El respeto se gana a base de acierto en las decisiones, no es una cuestión de imponer autoridad basada en galones.
Ayer pudimos ver en Alagón, donde el equipo preparo el retorno a la competición contra el Alcobendas, como existen opciones de garantía en defensa. Nuestro gran Carlos está tremendo en defensa y tremendo en ataque. Lo de Abel ya no es sorpresa, nos ha acostumbrado a ver como pelea sin descanso con todo aquel que ose acercarse a su territorio. Alfredo es otro de los que no se esconden en defensa, y además ayer soltó brazo con ganas. Ver como recuperábamos a Toño fue otra de las buena noticias del parido, junto con una buena línea de Pablo, con grandes paradas que confirman su buen partido de La Almunia.
La parte negativa de la jornada se la llevan esta vez los amigos colegiados. No es de recibo que en un partido como el de ayer acaben desquiciando a mas de un jugador. Duele, de verdad, criticar a los árbitros, un colectivo de deportistas tan imprescindible como los propios jugadores y con una tarea complicada, que exige rápidas decisiones no siempre sencillas. Pero si la de ayer era una de las parejas de mayor nivel de Aragón el tema es preocupante. El respeto se gana a base de acierto en las decisiones, no es una cuestión de imponer autoridad basada en galones.
El balonmano necesita de apoyos que le permitan aumentar el número de aficionados y de jugadores pero también, y mucho, de árbitros. Debemos ayudar en la media que podamos a un colectivo que debe trabajar con tranquilidad e incentivar, en lo posible la incorporación de mas jóvenes al arbitraje. Saldremos ganando todos.