Una de Corsarios

La piratería en el SXVI se convirtió en todo un quebradero de cabeza para la España de los Austrias. Piratería para los españoles y no para los ingleses que bajo el nombre de Corsarios disponían del beneplácito de sus gobernantes para machacar al por entonces Imperio Español. Básicamente su labor era la de atacar puertos de bandera “hostil” y arrasar con todo lo que hubiera.

El CAI Balonmano Aragón en sus 5 años de Asobal no ha sido un buen corsario. Sus buenos botines los ha conseguido al abrigo del Felipe. Cuando había que buscar oro en provincias de ultramar lo normal es que se volviera con las manos vacías. Así fue en el 66 por ciento de las incursiones de las ultimas tres temporadas. A saber, 3 pírricas victorias el año pasado y seis en 17 partidos en las que le precedían.

Y así es difícil hacer Imperio. La norma dice que es necesario fortificar tus territorios para prosperar en liga. Algo que ya ha quedado patente con el paso de los años. El castillo del final de Tenor Fleta se ha convertido en fortaleza con el mérito del pasado.

Quizá es este el momento, y así lo anuncio el pirata Ortega en una de sus proclamas a su tripulación, de sacar las naves al mar. “La presión de las pistas rivales nos suben la moral y concentración” (palabras no textuales). Palabras de aliento a los marineros que se pegan por el botín. Se ha visto, sin duda, en todas las salidas de este año. Incluso en las más difíciles. El CAI Aragón lo borda si de utilizar el estoque en el cuerpo a cuerpo de los últimos minutos se trata. Y, ¿por qué no ha de seguir siendo así?

Lo digo porque el próximo miércoles “no hay nada en juego”. Las naves naranjas van en busca del imposible. Hundir a la realeza del balonmano. Con sus galeones plenos de cañones. En su aguas. Bajo el mando del almirante Dujshebaev. Vamos un imposible. Y es aquí donde la piratería se vuelve experta. Y seguro que Mariano y sus 15 corsarios encontrará la manera de meter el cuchillo por la parte más “débil” de la Invencible Manchega. Porque habrá estudiado hasta la última legua de mar del Ciudad Real. De esto último no tengan dudas…

Fdo.: Sir Francis Drake