Un buen Artillero

Querido amigo

Hoy me ha llamado tu hijo David para darme la noticia de que nos has dejado. Aunque sabía desde hacía poco tiempo de lo grave de tu enfermedad las noticias de los últimos días nos dejaban en un punto de esperanza del que nadie queremos salir. Pero no ha podido ser, y ahora seguro que estas ya en ese lugar que los creyentes y no creyentes asociamos al Cielo, luciendo tu bufanda del CAI con la misma alegría y elegancia con la que la paseabas por el Felipe.

Porque si algo transmitías era alegría y orgullo. Esa alegría que tiene aquel que hace las cosas porque sabe que tiene que hacerlas y cuando tiene que hacerlas. Ese orgullo que sienten aquellos que saben que a los suyos los debe proteger y animar, y llegado el momento dejar que vuelen para mirarlos con la satisfacción que da haber hecho todo lo posible por ellos.

La vida ha querido que yo conozca a David, Artillero como tu y como tu nieto Jorge, y estoy convencido de que ahora estarás ya presumiendo de familia, allá donde estés. De tu mujer, de tus hijos y de tus nietos. Y más que vas a poder presumir, porque allá donde estés seguro que podrás seguir la vida de todos ellos y los éxitos deportivos de tus nietos. Por la parte que me toca, no te preocupes que seguiré colgándote en el blog del equipo de Jorge esas fotos que tanto te gustaban.

Pero amigo, te vamos a echar de menos. Seguro. En la grada del Stadium y en la del Felipe.

Adiós amigo. D.E.P.

Fdo.: Espíritu de Magdeburgo.