Foto : Junta Asoc Artillería Naranja
Cuando el Artillero Mayor me pidió escribir algo
de cara al derbi de este fin de semana, le dije que sí demasiado deprisa. Hacía
mucho que no escribía, y aún me cuesta más hacerlo de algo en lo que tengo el
corazón dividido.
Todavía recuerdo cuando
comencé a hacer mis pinitos en el mundo del periodismo yendo a cubrir los
partidos del CAI Balonmano Aragón.
Estaba cumpliendo mi sueño, trabajar en la profesión de mi vida, el periodismo,
y encima cubriendo el deporte que amo y al equipo que idolatraba. Todo era
perfecto.
La vida da muchas vueltas y
finalmente dejé de ejercer, de cubrir al CAI
BM Aragón, pero nunca de seguirlo con pasión. Aunque pasaba a hacerlo en un
cincuenta por ciento porque el restante se lo tenía que ceder al equipo de la
tierra que me acogió, y que me dio la oportunidad de volver a jugar a
balonmano, Huesca.
Son tierras muy distintas,
pero muy similares al mismo tiempo. Gente amable, generosa, hospitalaria,
siempre con un buen gesto que ofrecer, y sobre todo Aragoneses, con mayúscula.
Balonmano
Aragón ha sufrido mucho para llegar hasta donde ha llegado.
Jugadores estrella, otros estrellados,
directivas varias, políticas económicas bien distintas, pero nunca
perdió su seña de identidad, su afición fría pero caliente en los momentos
necesarios. Todavía se me ponen los pelos como escarpias al recordar la final
de la EHF frente al Magdeburgo con nueve mil gargantas en
el Felipe, que se tiñó de naranja
para una efeméride tan señalada.
Por su parte, Balonmano Huesca en quince años ha
hecho el camino que otros han tardado toda una vida en realizar. Unos
visionarios que comenzaron hace tres lustros con la idea de crear un equipo
para divertirse y esta es su segunda
temporada en ASOBAL. La humildad, el
trabajo y la constancia han sido los ingredientes que han cuajado en tan buen
menú. Con una afición que nunca ha abandonado al equipo, y que ha llevado en
volandas al conjunto rojillo por cada categoría, viendo lejana la ASOBAL, pero consiguiendo finalmente el
objetivo anhelado.
Es por todo esto por lo que
no entiendo de rivalidades absurdas, de cánticos ofensivos en una y otra
dirección o de deseos maliciosos entre aficiones, cuando a las dos les ha
costado un mundo llegar a donde están. Hace años, con todos mis respetos, se
dejaban la voz en canchas de 300
localidades y ahora ambas disfrutan de lo que, hasta hace unas temporadas, era
la mejor liga del mundo.
Así que como dice mi amiga y
compañera Olga Torres, disfrutemos.
Disfrutad Artillería Naranja,
disfrutad Orgullo de Huesca,
disfrutad afición del Príncipe Felipe,
hacedlo también la del Palacio de los
Deportes en vuestro desplazamiento, y sobre todo que disfrute mi corazón,
que aunque dividido, seguro que lo hará.
Fdo.: Manu Moreno
2 comentarios:
Buen artículo Manu. Pasión y ganas de disfrutar de este deporte por los cuatro costados es lo que se desprende de tu entrada.
Suerte el sábado.
hoy sale algo en el heraldo pero es una pena que no sale nada en la tele del partido del sábado. Así no vamos a conseguir nunca nada.
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