Foto: heraldo.es
32-29.
Los dos primeros puntos de la temporada se quedaban en Zaragoza después de siete envites. Los abrazos y los saltos de los
chicos delataban la trascendencia de lo conseguido y la peligrosa dinámica en
la que nos podríamos haber introducido si Guadalajara
hubiera mojado para el Pilar. Esta
es la parte fácil de la narrativa: dos puntos en la primera final del curso y a
pensar en que ahora viene la parte más llevadera del calendario. No obstante, y
en pos de comprar los apósitos antes de que vengan las ampollas, la lectura
debería ser más crítica.
Minuto
43
de partido. 20-23 a favor del Guadalajara y Álvaro Fernández detiene en su escenario favorito, los seis metros,
una pelota que habría sido una losa considerable. No es la acción de un Álvaro que firmó unos números globales
notables el punto de fricción, sino la sensación de que el partido se
encontraba entonces en punto muerto sólo para el Aragón. Y salimos del atolladero firmando unos últimos quince
minutos donde se dobló a los alcarreños (12-6).
¿Dónde estuvo la pócima de Panoramix?
¿Acaso existió? Cuando mas atascado estábamos en ataque, cuando tan sólo la
fortuna nos sostenía para que las pelotas llegaran llorando al extremo, cuando
el Guadalajara más cómodo se sentía,
se invirtieron las tornas. Cartón en
la lateral zurdo y Ariño en el
diestro lograron filtrar la supervivencia del Aragón por esta vez.
Desde esta lógica seguida,
la batalla táctica cayó del lado de los locales. A ello contribuyó un Cesar Montes que, poniendo a sus dos
centrales en el tapete, se dejó llevar por las prisas cuando más le vestía la
pose. La defensa 5:1 del Aragón, tan endeble, sacó petróleo y
contribuyó al barullo para que, pasito a
pasito, el ataque desarbolara con paciencia a un Hombrados cuya segunda parte seguramente necesito un recambio desde
el banquillo.
Antes, el guión había
transcurrido por subidas y bajadas. Un poquito de Hombrados y con un descarado Marquez
a brazo cambiado, el Guadalajara
había amasado sus primeras ventajas (4-8;
min 12). El Aragón reaccionó, casi
sin enterarse, de la mano del eléctrico Lancina y, pese a las severas
exclusiones de una pareja arbitral no metida en el ambiente festivo, la tónica
de igualdad reinó hasta el descanso (15-14).
El paso por los vestuarios entonó a los visitantes, que cerraron su 6:0 amparados en su superioridad en
kilogramos y en la ausencia de un Demetrio
lastrado por las exclusiones. Se pasó en apenas trece minutos al ya conocido 20-23 y parecía que desde el banquillo,
Michel Martín ya había encargado el
desfibrilador. Ya sabíamos que el apellido de la marca del aparato en cuestión
era Ariño, pero nos sorprendió que
viniera asociado con otro apellido ilustre, aunque por otros lares del 40x20: Cartón.
Esta vez salió la aventura.
No hace falta hacer comparaciones con otros años. Todos sabemos lo que hay y lo
que va a tocar sufrir. Pero no obviemos el relato complejo. Una defensa 6:0 con Lancina y Sorli en un
costado, o con el mismo Fuentes (el
otro día, eso si, infalible ofensivamente) es un bocado demasiado apetitoso
para cualquier Chema Márquez que se
precie. Falta más agresividad o tanta como piernas, falta frescura pese a que
el viernes se rotó un pelín más con Arnillas
al principio y Castro al final. Y
los experimentos en ataque cabría hacerlos con gaseosa Borja Lancina, porque es
indiscutiblemente el jugador que más airoso va a salir de la misión que se le
encomiende, por extraña que sea la lateralidad. Mientras, cultivaremos las dos
versiones del evento, porque los dos puntos, cabría no olvidarse de ello, se
quedaron en casa.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáez.
2 comentarios:
Segunda entrada de la temporada, esto va calentándose.
En cuanto al partido yo lo vi con esperanza. Estaba poniéndose "feito" pero salió el coraje y el genio necesario para voltear el resultado. Me gusta la variedad en el reparto de juego, creo que tenemos buenos centrales -Lancina, Vidal, que además marcan goles- y no hay que poner a Amadeo o a Ariño; que Demetrio se quede en el lateral izquierdo y Linares en el derecho. Los extremos acompañan y quizá la posición más débil sea la del pivote y la portería (¿va a llegar algún día Jorge Gómez?). Es evidente que faltan kilos en la defensa por eso nos meten tantos goles. Los técnicos tendrán que trabajarlo.
El tiempo me da la razón.
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