A priori tan diferentes

Queridos amigos:

A mi reino llegan noticias de un acontecimiento peculiar que tiene lugar a orillas del Ebro, en el que dos mares, el Cantábrico Abel y el Mediterráneo Sifré, han instalado su casa. Dos mares que llegaron en silencio, pero que están dejando muestra de su fuerza. Por eso le pedí a Donbeno, que me informase de cómo en tierras interior se le puede tener tanto cariño a un Mar y cual es la razón de los dos que allí se han unido. Fiel a su Reina consiguió algo mas, saber como uno le contaba al otro su Historia, que como reina aplicada os paso a detallar.

Nací muy lejos -decía Abel-, y de mi "patria chica" me quedan como impronta, las inquietudes por conquistar; conquistar la Asobal y conquistar el corazón de los maños como conquiste el de mis paisanos cántabros, y creo que voy camino de hacerlo.

Despierto y curioso como soy, un día quise cambiar, probar cosas nuevas. Quise saber que era eso del balonmano, que tenía de mágico y diferente con el fútbol que hasta entonces jugaba y si era más especial sentir el poder con el balón en las manos o trazando un pase largo desde el centro del campo.

Tenía catorce años y gracias a la ayuda de Enrique Villa y Merche empecé a entender la gran verdad que refleja la frase "nunca es tarde si la dicha es buena". Y me enganché a esto a pesar de que el primer año nunca supe como era el sabor de la victoría. Aprendí que no siempre importa lo que es saber ganar, que también en las derrotas, por abultadas que sean, uno aprende, disfruta y es capaz de enamorarse de este deporte.

Me licencie en el fútbol y me hice cadete de lujo en mi nueva pasión, pasión compartida durante un tiempo con lo más tradicional de mi querida tierruca. Con la misma pericia para hacer un "emboque" (un pleno en tu tierra) que para conseguir un bloqueo perfecto.

Y me fui haciendo bueno entre los cántabros, y me llamó la selección roja y blanca para dar la cara por ella ante los otros equipos de España, y llegó un día en que era "la roja" la que defendía con los cachorros con más talento del país. Allí donde por tierras macedonias coincidí contigo y quintámos con nota jugando un Mundial.

Claro que para hacer un hueco entre los jóvenes con talento del balonmano nacional había dado antes “pequeños pasitos” para mi historia personal: Antes de tener permiso legal para todo, Julián Ruiz, se empeñó en darme licencia para soñar con tener mi espacio entre los grandes de la Asobal, y ese verano me “puso fino” y apto para debutar. Debutar ante el más grande entre los grandes, el Sr. Talant, que todavía se pregunta quien era aquel muchacho que lo defendía con tanta pericia. Pericia la misma que tuve para marcar mi primer gol en otro de los templos de la competición y hacer de León tierra conquistada por un cántabro, mostrando el camino para que el pequeño Álvaro, repita en unos años el asalto al fortín leonés.

Como buen conquistador, para este año tengo dos retos, comernos la Liga, como quien come un sándwich exótico de chorizo y chocolate, y paladear el menú europeo en una buena mesa, con servilleta de tela, y tu buena compañía y la del resto de los muchachos.

Esta es a grandes rasgos mi historia Mar Mediterráneo. Ahora me toca preguntarte, soy un mar inquieto que quiere saber. Me gustaría saber que queda del niño que empezó a jugar, porque quería ser como su hermano mayor, hacer lo que hacía el “Tete Miquel” y si no hay cosas que no has olvidado:

¿Recuerdas, amigo Adrián, si ese primer día que pisaste una pista de balonmano a los siete años, cerraste los ojos y te viste aplaudiendo a la gente en una pista de Asobal, cuando anuncian que sale el 13? ¿Recuerdas, la primera vez que tuviste delante a un portero, desde la línea de siete metros? Como la ilusión y las ganas fueron mayores que las fuerzas en ese primer momento.

La ilusión de un niño bueno, pero un poco “trasto” que en su afán por querer saber, por querer hacer, se jugaba hasta las cejas en cada aventura que le hacía crecer un poco más en el camino de convertirse en el jugador que es y que irá a más en el futuro. Un jugador rápido, intrépido, listo y como se dice de los grandes hombres, hecho a sí mismo, por que con la tenacidad de un maño a los catorce, te empeñaste en aprender a ser zurdo y dejaste que fuera tu la mano izquierda la que definiera “las acciones de calidad” aunque no permitiste que tu mano derecha se olvidará de donde estaba el camino del gol.

Un camino que un día te puso en de repente en la Asobal, en la cima. Cuando eras un juvenil descarado y apunto de iniciar un viaje que te llevaría de Cuenca a Zaragoza, para volver a la Asobal, haciendo parada en Pamplona, pero haciendo siempre el mismo balance de tu paso, un buen recuerdo.

Por que al “niño descarado” enseguida se le coge cariño, por que es más fácil encontrar quien te hable bien de ti, que alguien que pueda ponerte algún pero. Por que los conquenses y los navarros ya sabían que para ti había un hueco en la élite y ahora nosotros disfrutamos viéndote crecer cada día.

En el primer año, estreno en Europa un año duro. Todo fue complicado y en el que te toco repetirte una de las máximas que te han guiado hasta ahora, trabajo, trabajo y trabajo, consciente de que así lo bueno llegará. De momento, este año que las cosas buenas están llegando para todos. Por eso era un buen momento para mirar hacia atrás, para que la familia naranja de la que ahora formamos parte, te demuestre un poquito que ella como tu familia, la de verdad, también hará muchos kilómetros por ti.

Pinta que va a ser un buen año, seguro que tendremos cosas que celebrar, motivos para hacer una fiesta. Una fiesta en la que la música la pondrás tú, con la misma maestría con la música que con un balón en las manos, cualquiera de ellas.

Ahí queda el reto, ve pensando el repertorio, que con tu “hermanuco” seguro que entonamos “Dos hombres y un destino”. Crecer, Disfrutar y haceros grandes jugadores de Asobal.

Tomamos nota, queridos mares, por si los títulos hemos de celebrar, curiosa historia, curiosa charla, que no habríamos podido contaros, sin la ayuda de aquellos que os quieren y os tienen lejos, al cuidado de los artilleros. Así pues: Juan, Eva, prima Aura, gracias por compartir con nosotros un trocito de vuestros mares.

Fdo.: Reina Madre y donbeno73