Me propuse escribir estas líneas ayer por la noche, por aquello de que la mayor cercanía con los acontecimientos me haría ser más fiel no sólo a los acontecimientos, sino a mis propios sentimientos y creencias. Finalmente prescindí de ello, sinceramente en días así es mejor una buena lavativa de cabeza y pensar en cómo se peinan las nubes antes que darle vueltas a la cabeza (y al estómago).
No he leído ninguna de las dos crónicas periodísticas, tampoco creo que haga falta ser adivino para saber lo que esconden. Esconder sería un buen verbo, ahora que lo pienso. En fin, es fácil decir que no lo vamos a volver a hacer, cual adolescente a sus padres después de algún exceso; supongo que esa sería la mentalidad después de Cuenca. No dudo de que todo profesional siempre pelea por hacer las cosas lo mejor que puede, que este tipo de derrotas, esas en las que pisoteas hasta la extenuación las formas, tienen que dejar un poso de amargura en cada uno de los jugadores que, aunque sólo fuera por no volverlo a sentir, ha de servir para no volverlo a repetir. Todo suena hueco cuando a los diez días haces un ejercicio similar de impotencia. Esa misma impotencia que se comunica a la velocidad de la luz a todos los que estamos alrededor de una manera u otra. Con verdad, el deporte muchas veces se define por un estado de ánimo.
Personalmente, no ví el partido contra los conquenses. El destino, con ese punto sádico del que tanto disfruta, me reservó la opción de una segunda oportunidad contra los leoneses. Se puede perder, es incluso normal hacerlo contra Ademar, pero ayer perdimos algo más que un partido de balonmano. No llevó idea de recrearme en las heridas así que mejor procurar ser conciso: En primer lugar, por si nos habíamos olvidado este año tenemos menos presupuesto, en consecuencia, dice la teoría que jugadores de menor nivel. Creo que la teoría esta vez se ajusta al plano real. Por desgracia, ayer lo demostró Doder, por si no nos acordábamos ya que aquí dejo de jugar hace dos años. En segundo lugar, estamos donde estamos, peleando por ser quintos. De este hecho extraeré una última reflexión luego, pero no olvidemos que vivimos en el sitio que mas o menos nos corresponde. Con el fulgurante inicio que tuvimos, yo mismo puse entre signos de interrogación la idea que creo teníamos muchos de este equipo. Un grupo joven, con proyección, que necesitaría tiempo para dar lo máximo de si. Al final, creo que no iba muy desencaminada la cosa. Con los necesarios retoques, podemos tener un grupo muy interesante: El actual no es una banda ni mucho menos, tal vez tengas mas limitaciones de las que en un principio pensábamos, pero Pancho Villa y sus secuaces, aunque alguna vez se empeñen en emularlos, no estarían a estas alturas dándose hasta en el carnet de identidad por una plaza de honor, mucho honor.
En tercer lugar, el partido de ayer. Al final nos acabará patrocinando Seur porque lo nuestro si es una entrega urgente de partidos en vez de paquetes. Diez minutos en barrena y buenas noches. Cuatro o cinco abajo sin enterarnos y a remar en contra. Que somos un poco cabezones pero tanto… Situemos ahí el final del partido. Porque los últimos veinte minutos no fueron partido, ni siquiera un entrenamiento, fueron un cachondeo que ni el más estoico de los estoicos se atrevería a consumirlo con templaza. Sinceramente, ahí se encuentra la crítica y la reflexión: No voy a entrar en que la defensa muerda menos que un lactante, que los cruces en ataque a veces parezcan de alevines (y no le echemos la culpa a que no hay tiro, o a que un jugador concreto tiene una señora empanada gallega, mas bien hablemos de que ese ataque tan flojito echa falta un central como el comer). No. Si nos gusta tanto ir contracorriente, digo yo que un poco de rasmia, esa palabra tan aragonesa y tan bonita, no nos sobrará. Arrastrarse por la pista, consumirse, ir como un pato mareado, no son maneras. Derrumbarse como un castillo de naipes tampoco. ¿Dónde está el carácter? ¿No hemos demostrado que podemos ser rocosos? ¿Hemos extraviado la fortaleza entendida como aplomo, como no perderle la cara a nada aunque vayas siete abajo, o simplemente es que físicamente estamos bajo mínimos? Ayer eché en falta el carácter de un Malumbres terriblemente apagado (mejor no pienso en las que pueden ser las razones de su apagón, que este señor lleva muchos años ahí y no le van a engañar), eché en falta a Prendes, mas que nunca, que para mi es el prototipo de luchador, eché en falta que alguien subiera el tono de voz en medio del naufragio. Que dijera que existe algo que siempre late. Puedo parecer muy melodramático pero, evidentemente, no me estoy refiriendo a aspecto técnicos- tácticos, ni a nombres de jugadores porque sería hablar por hablar. Esos se los dejo a Mariano Ortega, no me atrevo a criticarlo (tal vez sea un error), pero es su primer año y hay que confiar en él. No podemos vender nuestras creencias en un análisis simplón. Si me atreveré a hacer hincapié en ese latido que antes citaba, a ese estado de ánimo, pues la psicología tiene un papel fundamental en un deporte colectivo, hay que hacerle creer a un colectivo de chavales que puede, que siempre pueden, se deben sentir ganadores, que merece la pena pelear, que lo peor es rendirte, porque entonces si que pierdes, no sólo puntos, sino también respecto a ti mismo, a tus compañeros y a los que te siguen. Creo que de eso saben en Logroño un rato, me da la impresión.
Y respecto a esa conciencia del colectivo, a ese grupo fuerte aferrado a sus opciones, puede que sea más fácil comulgar con estas ideas cuando cada uno tiene unas funciones muy claras. No se vosotros pero al CAI lo veo demasiado improvisado cuando juega. No hay una serie de cuatro o cinco puntos claros, un decálogo en el que cada uno sepa claramente cuál es su función. Cuando las cosas se tuercen, probamos cosas, a ver si suena la flauta… y no creo que ese sea el mejor camino. Evidentemente, cuanto mejores jugadores tienes, todo esto resulta mucho más asequible. Sin embargo, la definición del papel individual siempre en beneficio de un colectivo mas fuerte creo que se difumina, llevando a la confusión y a la ausencia de una ruta claramente establecida (titulares, suplentes, tu atacas, tu defiendes). En la primera línea en ataque es donde esta situación, entre otros factores, mas nos golpea. Una antítesis del Valladolid, en definitiva. Es una opinión, estas cosas no se logran ni en un año ni en dos.
Por último, merecidos o no, no me gustaron los pitos del final. Tenemos que arrimar el hombro hasta el final. Todos. Caerse esta permitido, levantarse debe ser una obligación. Levantarnos todos, que nadie nos está regalando nada, y demostrar que las agallas salen después de estos golpes duros. Hay muchas cosas que recomponer, la propia moral lo primero, que Pamplona está aquí, y esto es labor de todos. Silbar es la solución fácil; autocrítica, conciencia de los problemas, solución en la medida de lo posible y el sábado a por todas. Las líneas que separan los éxitos de los fracasos, aparte de relativas, son muy delgadas.
Fdo.: Álvaro
6 comentarios:
mal, mal y mal. Me canso de ver perder al Cai como lo ha hecho los últimos partidos, sin coraje, sin fe, sin nada, antes del descanso ya estamos derrotados. Creen los jugadores en ellos mismos? necesitan un psicologo? me temo que Mariano no sirve como animador de mentes.
yo estoy de acuerdo con álvaro y con el espíritu de magdeburgo: ahora toca apoyar al equipo aunque estemos disgustados. ya se harán cambios y los criticaremos. y tampoco me gustaron los pitos
y no perdamos la perspectiva que aunque sea una pena que se pueda escapar un 5º puesto que era casi nuestro, estamos luchando por europa desde que estamos en asobal mientras nuestros amigos del zaragoza se acaban de salvar y los del cai ascender (por cierto que bien tener los 3 equipos en 1ª!)
una cosa más, paco ortiz ¿gran? ¿genial?. ¿cuándo?, ¿cómo? ¿es posible?
Ni cuando descendio el Cai Zaragoza,se le silbo en el Felipe y entonces si que habia motivos.
tampoco ayer hubo tantos silbidos. no fue para tanto. los silbidos digo. el partido un desastre pero yo me apunto a los que piensan que tenemos equipo. un poco de calma no vendrá mal.
Si un poco de calma. La cosa no está tan mal, objetivamente estamos 6º y tenemos prácticamente asegurada la 7ª plaza lo que debería dar acceso a la EHF, objetivo del Cai. Otra cosa es subjetivamente, la imagen que da el equipo en algunos partidos, la sensación que tenemos muchos aficionados de fracaso, de falta de ambición y de ideas. Son demasiados partidos de hacer la risa para pensar que fueron accidentes. El Ademar, por ejemplo, no había ganado esta temporada a nadie por 12 goles, y lo hizo contra el Cai. Necesitamos una directiva que ilusione y unos medios que apoyen al Cai, y atraer de nuevo al público al Felipe. Pero para eso es básico un equipo que luche, que de la cara, que no se hunda, aunque el rival sea el Barça. Para mí lo mejor del partido fue el folleto que preparó la Artilleria Naranja, necesitamos personas que levanten al Cai Aragón y al balonmano. Desde aquí os animo a todos a apuntaros a la peña y poner un granito de arena que haga del Cai un equipo grande. Amen
No soy pesimista ni negativo, pero soy realista, con este equipo no llegamos muy lejos.
Como es posible que estemeos en la posicion que estamos y que nos hayan metido mas goles que goles hemos metido?
Ya he dicho en anteriores comentarios que vamos ganando la mayoria de los partido por los pelos de 1 ó 2 como mucho.
Hay lo que hay, y para el año que viene o mejoramos o nos van a dar bastante caña Nuestros rivales ya saben como jugamos, como defendemos y como NO tiramos, es facil viendo un par de videos.
El principio de temporada no sabian como ibamos y nos acompaño el calendario, ahora solo falta terminar con hombria.
Digo que no soy negativo porque el sabado voy a Pamplona a animar y a estar con el equipo, y el domingo que viene lo mismo. Repito nos soy negativo, soy realista.
Ultimo apunte, ya sabeis que no soy de la opinion de que se renueve a aPablo, pero vaya guarrada le hizo Mariano a Pablo sacandolo a jugar. Eso no tuvo nombre.
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