Foto : www.bmaragon.com
Se acabó. El sábado
convergen en Zaragoza dos caminos de
trayectorias opuestas. Uno, el de un deporte moribundo, al menos a nivel de la
élite, tal y como la hemos conocido en los últimos tiempos. Ejemplo de ello es Ademar de León, un club
histórico y laureado que atraviesa una situación crítica que puede llevar al
traste tanto poso. El otro, la oportunidad de que el Balonmano Aragón, después de más de un lustro de aterrizaje
pudiente en lo económico y en lo deportivo, puede asaltar las cuatro primeras
plazas de la competición, precisamente cuando se cumple alrededor de un año de
anuncio público de las penurias que ahogan al equipo. La Asobal, por moribunda y devaluada que esté, reúne un duelo de
alturas, de aprietos y de dolorosos reflejos.
Desde el club zaragozano se
viene desde hace un tiempo apurando los resortes de la propaganda mediante la
activación de las redes sociales y la puesta en marcha de diferentes
iniciativas que afirmen la vigencia del balonmano a nivel local. Algo se mueve,
en definitiva, como demuestra la invitación a los aficionados del baloncesto al
encuentro del sábado. Tal vez el muerto, sino de parranda como decía la
canción, tenga visos de volver ala vida. Pero es imposible no ser consciente de
que las posibilidades de continuidad pasan por un lugar final en la tabla
clasificatoria a la altura de las circunstancias. Y, sinceramente, ser
terceros, o cuartos, sería un bombazo. Distingamos que entre esa hazaña y el
fracaso hay muchas graduaciones, de manera que, como se dijo, la quinta plaza
no sería ni muchos menos una desilusión. Pero ahora, cuando hemos llegado hasta
aquí y vemos en la lontananza el cartel de fin de puerto, no nos queda otra que
atacar para pasar a la Historia. ¿Conservar? En otra vida. Es una gran virtud
de los deportistas saber cuando hay que dejar la calculadora para mirar a un
lado, al otro, y lanzarse hacia delante para fundirse con los sueños.
Por tanto, el sábado nos
exige a todos. Evidentemente, a los jugadores y, por supuesto, a la afición y
aquellos que son capaces de influir en la opinión pública, léase medios de
comunicación. La ocasión lo requiere, es trascendental. En primer lugar, aunque
sólo fuese para ovacionar al mejor portero que ha pasado por este club y que
responde al nombre de Iñaki Malumbres. En segundo lugar, para ver a un señor club
como Ademar de Leon (que partidazo
el año pasado para Pilares) que, pase lo que pase, seguirá figurando en el
Olimpo de balonmano nacional. Este año ha seguido contribuyendo a ese
privilegiado status con una plantilla que ha mezclado cantera y jóvenes
promesas balcánicas con vieja (y sobresaliente) guardia. De momento, son
terceros y alcanzaron octavos de la Champions
cuando nadie contaba con ello. Aunque es cierto que parece que les han
explotado todos los lastres de vez, con salidas del club por tema económico (Borges, Goñi) y lesiones (Ruesga es duda), tienen el beneplácito
de ser favoritos hasta que no se demuestre lo contrario.
En tercer lugar y último,
porque no está de más, de vez en cuando, ilusionarse. Seguimos en la brecha.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.
2 comentarios:
Vamooooos! Que ganas de que llegue el sábado
Grandisimo triunfo de nuestro equipo sobre el Ademar 35 a 34
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