Foto: Rafa Aparicio/BM Atlético de Madrid.
Pese a las ilusiones
depositadas, no nos pilla de sorpresa la derrota de esta noche frente al Atlético de Madrid. Entra dentro de lo
normal. Tal vez si resulta un poco más amargo comprobar, en la primera parte,
como la total ausencia de defensa (que no de portero en esta ocasión) es
ponerle las cosas demasiado fáciles al Atlético,
por mucho que éste esté sólo de cuerpo presente. De nuevo, diecinueve goles en
los primeros treinta minutos son una losa demasiado pesada como para hacer
cuentas de ningún tipo. El 19-13 ha
permitido al Atlético una gestión
distante de la segunda vuelta que, aunque ha acercado al Aragón, realmente nunca ha hecho peligrar el triunfo local.
Ciertamente, las ausencias
de Ruiz Casanova y Demetrio Lozano son un hándicap
defensivo. Con un buen trabajo en el pivote de Ángel Romero, tanto a la hora de hacer la cosas más fáciles a la
primera línea como de recepcionar balones, los rojiblancos han aprovechado la
endeblez y la lentitud de nuestra retaguardia para ir sumando hasta consolidar
la ventaja en seis tantos (min.25;
18-12). Tampoco es que en ataque fuéramos sobrados. Sólo Vigo parecía saber a qué se jugaba en
medio de múltiples pérdidas de balón y líneas de pase más bien frívolas.
Incluso las superioridades nuestras parecían del Atlético cuando observabas su desarrollo. Desde luego, poco
halagüeño era el primer acto.
A veces las cosas cambian
por pura inercia, porque tampoco se puede defender de manera tan justa como se
venía haciendo. Entre algo de eso y un
regreso al dinamismo, el Aragón ha
cosechado una segunda parte notable, con un Alex Dujshebaev relevado en defensa, lo cual ha repercutido
positivamente en ambos lados. Su enésimo recital de variedades de lanzamiento,
junto con la notable aportación de Molina,
han acercado al Aragón conforme
pasaban los minutos (min. 39; 21-18).
Si es cierto que parecía que el tono gris y apático se lo habíamos colocado
ahora al rival pero es evidente que, cuando un equipo es superior a ti, no se
puede jugar al intercambio de golpes. Porque si Ferrer era el que ajusticiaba en la primera parte de los siete-ocho
metros, ahora el turno era de Cañellas.
Por un momento pareció que se podía: nos poníamos a dos goles a siete y cuatro
minutos del final. Nada que no solucionase sin alteraciones ese jugador tan
impresionante que Joan Cañellas, el
único de los “grandes” (con Balic)
que se ha vestido hoy de corto.
Finalmente, el luminoso ha
apostillado un 35-32. Las
sensaciones han ido en progreso y, después de la también derrota previsible del
Ademar frente al Barcelona, nos
dejan a la espera de lo que haga Naturhouse
contra Granollers el sábado. Y, con
la Copa del Rey de por medio,
tendremos tiempo para preparar y pensar en la final, la verdadera final, con la
visita del Natur al Felipe.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.
1 comentario:
Segio Ruiz- Casanova se retira del balonmano profesional debido a sus problemas físicos. ¡Suerte Sergio en tu nueva vida!
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