Foto : Balonmano Aragón
Frigorificos
del Morrazo Cangas salvó el año pasado la categoría en una
agónica última jornada. Un equipo de los que se denomina “ascensor”,
íntimamente enroscado con su localidad y con sus categorías inferiores en un
sentido pleno de lo que significa un “club deportivo”. Es decir, un club en el
que siempre ha primado su identidad, hasta el punto de llegar a declarar la
guerra a la Asobal como entidad
deportiva que controla la división de honor del balonmano español. No es
momento de analizar las connotaciones de esa batalla sino de hacerse a la idea
de la idiosincrasia de los pontevedreses. Esos principios innegociables hoy se
cotizan al alza y es muy posible que todos los apuros del año pasado no se
repitan en la presente temporada.
Esa identidad de profundas
raíces es un punto de partida muy favorable para moverse con éxito en las
turbias aguas del balonmano patrio actual. El bloque se conoce, su cancha
aprieta y los refuerzos han sido acertados. Dos porteros foráneos con buena
pinta (Schmidl y Mijuskovic) y, sobre todo, el retorno
de un hijo pródigo como es Alen
Muratovic. Lo de Muratovic,
salvando las diferencias, tiene un cierto parecido al caso de Demetrio Lozano: El uno con el hombro
en cuarentena y el otro cerca de la cuarentena siguen siendo referencias
absolutas en esta empobrecida liga. Además, David García en el centro, Pousada
en el lateral zurdo o Rosales en el
extremo diestro son jugadores que tienen ya un nombre y un nivel. Todo esto
bien mezclado, de lo que se encarga el técnico Pillo, implica que lo que antes eran escasos recursos ahora son
hechos diferenciales. En conclusión, unos equipos venidos a menos, como es el
caso del Aragón, tienen una papeleta
complicada a la hora de puntuar en sitios como Cangas del Morrazo.
Desde luego, no es una
quimera hacerlo. Pero el contraste, y la dificultad, residen en que un equipo
en construcción, con muchas cosas por definir, se las ve con otro tal vez con
menos potencial que, no obstante, sabe perfectamente el qué es y el cómo
hacerlo. No podemos ignorar la otra cara de moneda: ganar en Cangas significaría, primero, que
consolidamos a este Aragón verdecito
y, segundo, que hemos resuelto unas cuantas de las incógnitas que anidan detrás
del equipo. Contundencia defensiva, mucha más de la mostrada hasta ahora sean
quiénes sean sus protagonistas, para que Jorge
Gómez para todavía más; posibilidad de contraataque para aprovechar esas
delicias de extremo que tenemos, como decía Jorgete; un ataque que dialogue con la segunda línea, tanto el
pivote como los extremos; una primera línea que encuentre los nombres
adecuados. Todo, a fin de cuentas, características de un equipo maduro. Con ir
solventado alguna, tendremos posibilidades de ganar en Cangas. Incluso con una primera parte como la del día de Granollers. Mañana a partir de las 20:45 lo vamos comprobando.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáez
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