Toc- toc, ¿Hay alguien ahí?

Un poco de silencio nos ha invadido después del domingo. No se si de funeral o de expectación, tal vez simplemente de reflexión, y suele ocurrir cada vez que pisamos el Vallés. Aún me acuerdo del cuerpo que se nos quedó a más de uno con el porrazo del año pasado. Allí vimos la prueba más palpable de un proyecto que finalizaba, inexorablemente, como sucede con todos los asuntos gobernados por el tiempo. Los duelos con Granollers huelen a derby, me recuerdan en su intensidad y sus miles de revolución a los que vivimos con los logroñeses. Pero mientras estos segundos nos suelen traer sonrisas, los primeros se caracterizan más por la frustración; siempre tan cerca, realmente tan lejos…

No vamos a descubrir que Granollers es un señor equipo. Gente de la tierra y unos extranjeros que marcan, de verdad, las diferencias. Una fórmula que encuentra su expresión ideal en una identidad modélica a la vez que clave en el mundo de balonmano nacional. Los catalanes tienen un modelo muy claro de trabajo y unas condiciones que lo hacen posible, a la par que permiten su reproducción. Creo que, sin pararnos en los aspectos deportivos, esto les permite una situación consolidada como entidad, algo que me da la sensación que en deportes pequeños como este va a pasar a ser, sino lo es ya, mucho más de lo que nos pensamos, la clave explicativa de los diferentes proyectos deportivos. Es una suerte saber que el CAI es un proyecto sólido, en estos momentos en que los rotos económicos aparecen por doquier. Bravo por la gestión y por la mesura que siempre expresa el presidente.

Económicamente bien, ¿deportivamente qué? ¿Contentos con el Domingo? El que esto suscribe no lo tiene claro. Voy a hablar sin concesiones, aún a riesgo de parecer oportunista: No tenemos lateral diestro, sinceramente. Leí que Mainer ya estaba trabajando en la confección de la plantilla del año que viene. Seguro que aprovecha al máximo lo que sea viable en el mercado. Pero no es el momento de pensar en la temporada que viene cuando hay tanto de por medio. Tantísimo. Sin creer que los árbitros fueran determinantes, el domingo se rayó a buen nivel. Esta vez tocó perder, y tocó perder porque cuando tuvimos hasta tres veces la opción de ponernos por delante, nos volvieron a temblar hasta las pestañas y en estas luchas al límite al igual que conllevan muchas imprecisiones, llevan implícitas esas dosis de suerte o templanza, a veces las dos caras de una misma moneda, que requieren los momentos finales. Momentos, paradas, errores, intentos varios para cada equipo que derivaron en una balanza negativa para nuestros intereses. Igual fui el único pero tuve la sensación de que éramos incapaces de pegar un golpetazo en la mesa y ponernos dos o tres golitos arriba. Siempre en la cuerda floja, mas floja que cuerda. Muchas veces se ha alabado la capacidad de gestión de este equipo de los últimos minutos, pero contra rivales de mas entidad tal vez echemos en falta ese jugador que la pide, asumiendo todas las responsabilidad, pues los finales suelen tender a ser más tristes que heroicos.

A nivel táctico comentar el acertado 5:1, en un momento en el que Andreu nos acuchillaba desde los seis metros. Esto trasladó una confianza defensiva apoyada por un gran Pablo que neutralizó las ventajas de Granollers, hasta ese momento siempre un poquito por delante. Tenemos un jugador que penetra, se llama Jorge, es un valiente de narices; algún minutillo más frente a la pegajosa defensa catalana, al igual que un Abel en pleno rendimiento es posible que nos hubieran abierto más la baraja ofensiva. La segunda línea y Larsson también de notable, en mi opinión.

En definitiva, no se si se ha instalado un cierto pesimismo. No creo que quepan razones para el, sino para aprovechar lo único que ofrecen las derrotas, a falta de puntos: La posibilidad de analizar e interpretar lo acaecido, que seguro que nos ofrece conclusiones para el siguiente envite. Esta derrota, creo, nos ha alejado muy mucho el cuarto puesto. Defendamos lo que tenemos, no hay margen de error con Cuenca y Antequera si queremos llegar a la que va a ser la final si todo va con arreglo a la normalidad: Pamplona (que cerquita esta para ser una final…) Y siempre nos podemos regalar un partido antológico contra Ademar, por si acaso alguno ha dejado de creerse esta historia, la cual está por escribir todavía.

Fdo.:Álvaro