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martes, 27 de septiembre de 2011

Sin aclimatarnos

Foto : Asobal
No deja de ser un ejercicio de ventrílocuo pretender hablar de un partido al que no alcanzaron mis ojos pero esta vez jugaremos con las fuentes secundarias, a ver si con un poco de suerte sacamos algo en claro a base de refilones.

En primer lugar, la derrota creo que cabe perfectamente en el esquema de lo posible y no tanto en el de lo previsible. El Caja 3 tiene equipo para ganar allí con todas las de la ley y parece ser que lo demostró durante buena parte de los sesenta minutos. Finalmente, tal vez más por errores propios que meritos ajenos (aquello que definimos de manera demasiado mística como perdonar) nos dieron en el morro. Suele ocurrir cuando el rival es de un nivel similar, y Cuenca Ciudad Encantada lo es, cualquier oportunidad de hacer valer tu fortaleza es producto de mucho y constante trabajo, el cual genera oportunidades de abrir brecha. Cuando uno se olvida de lo que estaba haciendo y sus por qués, se te comen la tostada. Una primera línea muy potente, un buen portero y su afición no son tres historias como para andar regalando superioridades en ambas porterías y bajando el pistón.

En segundo lugar, hay un trecho de lo dicho anteriormente a pensar o concluir qué se regalo el partido. Paralelamente, el Cuenca Ciudad Encantada no es un objeto pasivo que depende de nuestros antojos o nuestros arreones. Con muñecos juegan Atlético y Barcelona y para de contar. Por ello, deberíamos entrar en el barro del análisis mas puramente deportivo, del que haré una forzada abstención. ¿Nos volvió locos Ángel Pérez? ¿El centro de la defensa bajó el nivel? ¿Físicamente se hizo todo muy cuesta arriba? ¿Más rotaciones y más frescura? ¿Kappelin nos amargó también desde los seis metros? ¿Se nos encogió el brazo? ¿Los cambios por decreto tienen algún significado que se nos escapa a algunos? En definitiva, creo que sería interesante pensar, en una ventana abierta, en la existencia de un equipo A y un equipo B y, si realmente es así, juzgar si implica beneficio las etiquetas rígidas y lo que puede ofrecer unas mezcolanzas y unas variantes tácticas de acuerdo con características concretas de determinados jugadores. Olvídense del refrán aquel de “mal de muchos” y de cicutas para los alarmistas mirando a Valladolid.

En tercer y último lugar, con un brindis a lo conciso, el tema de los árbitros. Aquellos que no nacimos para ser políticamente correctos no podemos pensar mucho más allá de que ejecutar unas relaciones causa- consecuencia en base a la única y exclusiva bóveda del robo y el perjurio de los de negro es cómico. Incluso un poco repetitivo. Sabemos lo que hay en Cuenca pero ellos lo saben mejor todavía y lo explotan al máximo. Sólo se les puede pedir a los árbitros que se inhiban lo mayor posible de un ambiente como el de allí, que un tipo tan mesurado como Pablo Álvarez calificó de desagradable por momentos., y que apliquen el mismo grado de permisividad tanto para locales como visitante. A nadie se le escapa que zurran, muchas veces demasiado, que allí se les pasan cosas que de foráneos no, pero ello no oculta que es una cancha muy complicada en la que hay que jugar a mucho nivel los sesenta minutos para sacar algo que llevarse a la boca. Me da la sensación de que eso último no fue así. Los de naranja también son personas. Otro día que tengamos ganas de marcha también se puede hablar de lo que supone una alabanza a una  buena afición, cuando por ejemplo se le destaca calificándola de señorial. Hoy no, con el lunes ya tenemos suficiente. 






Fdo.. Álvaro Lombardo Sáenz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A muchos se nos escapan los cambios por decreto,y más si no se va nada de sobrado el resultado.

ramón dijo...

Lo siento, pero aquí me he perdido...
"En tercer y último lugar, con un brindis a lo conciso, el tema de los árbitros. Aquellos que no nacimos para ser políticamente correctos no podemos pensar mucho más allá de que ejecutar unas relaciones causa- consecuencia en base a la única y exclusiva bóveda del robo y el perjurio de los de negro es cómico".

A mí me parece que no influyeron en el resultado, pero no estoy muy seguro de lo que piensas tú.

Álvaro dijo...

Ramón, quería hacer referencia a que hacer una crónica basada única y exclusivamente en los atracos a mano armada de loa árbitros (siempe hacia nosotros claro)me parece que no lleva absolutamente a ninguna parte. ¿Los arbitros influyeron en Cuenca? Me gustaría poder decir algo al respecto, pero como no vi el partido, lo más prudente es el silencio.

Anónimo dijo...

Yo si ví el partido.Los arbitros no influyeron en el resultado.Nuestros errores si.

Anónimo dijo...

Que bién que tengamos a los arbitros para echarles la culpa,de los pases al contrario,de no parar,de hacer mal las rotaciones etc,etc.