Discrepar es un pequeño arte cotidiano: No todo el mundo está preparado para ello, no todo el mundo sabe o es capaz. A mi lo de Torrevieja no me pareció inesperado. Entraba dentro de los cálculos lo cual no quiere decir que se niegue la melodía que todos sabemos, esa que dicta a modo de axioma que cuanto más arriba estás menos errores te puedes permitir. De todas formas, lo había avisado Masachs, lo habíamos dicho también por aquí, sacar puntos fuera de casa en la Asobal está muy caro, a precio de una Navidad permanente. En medio de esta liga de reducción drástica de distancias, ir a Torrevieja, que nunca ha sido visita de contenido playero, es rendirle visita a un rival directo. Seguramente, si este tropezón lo hubiésemos sumado en Logroño o en Cuenca, habría sido de manera distinta. Muchas veces se trata de una cuestión de imaginarios colectivos, de espejos convergentes en los que nuestra idea puede ir con terreno perdido respecto a la realidad reinante. Veremos cuantos equipos ganan en Torrevieja este año. Por de pronto, nosotros hemos sucumbido y Naturhouse no paso del empate.
Por supuesto, aparte de las odas al rival, que merecidas las tiene, no podemos escapar de la autocrítica. Es doloroso subirte a la cresta de la ola y al momento estar comiendo sal y tierra debajo del manto acuático pero así es el deporte, el tiempo se tergiversa, con mucha malicia por su parte, para ser relativo hasta el extremo. Así, la celebración se esfuma y la penitencia coge horas extras. En este momento, me gustaría recalcar que un día malo lo tiene cualquiera, pero uno bueno no. No hace falta desarrollar la ecuación pero si añadir que el guión de la derrota fue calcado al de Cuenca. Partido igualado, incluso con mínimas ventajas para nosotros y en los últimos cinco minutos finales nos disolvemos como un azucarillo. ¿Alguien se atreve a diagnosticar? Jorge Maqueda hablaba de cansancio psicológico, Raúl Lahoz de miedo a volar, ¿nos faltará un pulso al final, un veterano que las mate, un Deme que estuvo contra Leon y no en Torrevieja? ¿Será física la historia y entonces podríamos volver al eterno retorno de las rotaciones? Hoy, día gris, nos apañaremos con un conservador la historia se repite.
Pero precisamente para que la misma historia cambie su escenario, nos visita hoy un rival directo, un medio derby en el valle medio del Ebro. Tenemos otra oportunidad, con tintes de obligación después del último tropiezo, para ver aquello que comentábamos acerca de los días buenos y sus consecuencias. De los logroñeses hemos ido hablando un poquito, por lo que es innecesario recalcar temas manidos. En forma de trayectoria lineal, se reforzaron mucho y bien (Jorge Martinez o Curuvija), volaron antes de hora y el parquet los ha bajado, crudo y sin confianzas. Vienen un poco groguis, síntoma que puede devenir rápidamente en una rabia que contra nosotros sería bastante probable que la sacaran a relucir. El genial Pablo Álvarez aludía a los problemas de este inicio de liga de Naturhouse como un tema de cambio de perspectiva, de abajo a arriba. Al hilo, siempre nuestros vecinos riojanos nos han citado como vecino rico, con los complejos que lleva adosados. Ni ricos, ni pobres, me atrevería decir, sino muy parejos. Muy directos. Muy rivales. Primer partido fundamental del año, como se viene gritando desde distintos altavoces. No perdamos de antemano la batalla del autoestima porque, puesto por puesto, no creo que nadie en su sano juicio crea que son superiores. Y viceversa. Balanza que tiene que desequilibrar un señor compuesto de muchos señores: El Felipe.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz
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