Buenos jugadores, malos deportistas

En primer lugar, si empezamos hablando de balonmano, como debería ser en exclusiva, aparte de loar al Balonmano Torrevieja , hay que destacar que el Caja3 ha sabido superar una prueba muy complicada en busca del quinto puesto, su objetivo. Estamos más cerca. Ha llevado la iniciativa en gran parte del partido, aprovechando que los visitantes son un equipo que tarde en calentarse, como se ha demostrado al comienzo de ambos períodos, pero que cuando lo hacen bordan el balonmano. En definitiva, palos e imprecisiones que iban describiendo la jerarquía de un Caja3 con sus primeras ventajas. Dos goles en el minuto 16 (7- 5) que eran cuatro tras la exclusión del acelerado Rasic. Sin embargo, como iba a ser ley, un Torrevieja  parsimonioso, que no reblaba y se ampara en Pejanovic y Novelle, sabiendo sobrevivir agazapado, amarraba y limaba distancias de uno en uno para firmar un 14- 14 al descanso. Preocupaba el marcado porque el Caja3 se había disipando al mismo ritmo que el Torrevieja  rayaba a un nivel defensivo excelente y movía el balón a una velocidad de órdago, como dictan los cánones para crear huecos. Definitivamente, la sensación de facilidad ahora llevaba la camiseta azul.

De nuevo, la segunda parte ha comenzado con un Torrevieja  en exceso titubeante, lo que ha llevado a un Caja3 escoltado por Malumbres y el contraataque a adquirir en propiedad unas rentas confortables (min. 35; 18- 15, min. 41; 21- 17). En medio, dos exclusiones a los visitantes, una a Novelle por empeñarse en que se cambiara el parquet que parecían anticipar un final acomodaticio. Nada más lejos de la realidad. Torrevieja  ha vuelto a tirar de casta, de bregar con la adversidad en un monumento defensivo que ha secado a nuestro Javi García, para que Rochel, los amagos de Novelle, el impagable trabajo de Eloy en el pivote o una defensa que basculaba hacia el 5:1 o el 4:2 redujeran a dos los goles a favor de los naranjas (min. 52; 25- 23). El Caja3 rebuscaba, mirando al electrónico, soluciones de urgencia, ya fuera la muñeca a la carrera de Grebenar o Vigo, ya fueran las embestidas de Maqueda. Sin embargo, era el genial Toño Cartón, el de siempre, quien hacía de la pelota arte desde la esquina derecha. Tal vez en ese momento se ha echado en falta algún tipo de mixta para cortocircuitar la primera línea alicantina, alguna variante en definitiva. Una exclusión por bando y una pillería de portero jugador del gran Laguna apretaba todo a un gol (26- 25) a dos minutos del final. Los árbitros entonces se han sacado una falta en ataque de la chistera a favor de los locales que ha incidido en la parte final de la historia, porque si levantamos la voz cuando nos afecta a nosotros, no sería de gente honrada callar cuando no es así. 27- 25 para un final que ha tenido noticias poco agradables.

Efectivamente, después de haber visto a uno de los mejores equipos de la Asobal, más allá de los cuatro grandes, a uno se le queda un regusto amargo. Por supuesto, quedan disipadas las dudas, el que las tuviera, de que Torrevieja  es un equipo que está peleando por una plaza europea porque tiene argumentos para hacerlo. Habría añadido el epíteto señor delante de equipo, pero, lamentablemente, un bochornoso espectáculo final hace imposible aludir a esa denominación. Para hacer honor a la verdad, Torrevieja  hoy se ha ido escaldado a casa y en ese estado han colaborado los dos colegiados, inventándose como hemos dicho una falta en ataque complemente inexistente cuando a minuto y medio los alicantinos jugaban para empatar. El pitido final ha soliviantado los ánimos más allá de lo tolerable. Tras acosar al árbitro, Pejanovic se ha vuelto hacia el palco con ostensibles gestos que indicaban un “untamiento” de los árbitros. Pepe Novelle, al que ya le habían pitado una exclusión durante el partido por exceso de revoluciones, aplaudía igualmente de manera irónica al público ¿qué tendría que verla gente? Entonces, la traca salía a la luz en plenitud: Los malos modos los exhibía un Rasic fuera de control y de cualquier tipo de normalidad, el cual no había dejado de berrear en todo el partido, cuando se lo tenían que llevar a rastras mientras retaba a un aficionado a bajar a la pista, una oda a los bajos fondos. Y así, de bajos fondos al matonismo frió y arrogante de Cuartero. ¿ Quo vadis Cuartero? ¿Qué tiene un jugador en la cabeza, aparte de pelo, para salir de un túnel de vestuario con toda la prepotencia del mundo a insultar y a vacilar? ¿Por qué, Cuartero? ¿Tal vez el recalentamiento global, que incide en especial en la costa mediterránea? ¿Ganas algo, aparte de quedar como un botarate de tomo y lomo, como manual abierto de la mala educación, de defenestrar los valores que implica un deportista, de alguien que exhibe con petulancia una actitud a despreciar en definitiva? Por supuesto, habría quién diga que la grada fue la primera, algo fácilmente rebatible por cualquiera que estuviera en ese sector, que se ha visto sobrepasado por la hormonación exponencial de la que han gozado algunos jugadores de Torrevieja . Muchas veces se abre del debate sobre aficiones más o menos violentas, pero a alguno le tendrían que pedir una especie de certificado de buena conducta, o hacerle simplemente un análisis psicotécnico, si él mismo no se ve capaz en determinadas tesituras de alcanzar la categoría de persona. No hay excusas: Los árbitros nefastos para los alicantinos y el que esto escribe no comulga con la ética de la balanza, así que nada de recordar la Copa del Rey; ellos mismos, de todas formas, algunos más que otros, los han eclipsado perdiendo los papales. No se si un muy buen equipo de balonmano merece unos deportistas tan sumamente pobres.

Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.