Hay un chico zurdo, de
anchas espaldas y estatura no demasiado pronunciada para los cánones clásicos
de un lateral de balonmano, que menudea mucho por el Felipe últimamente. Tiene una técnica exquisita, recursos para dar
y vender e incluso se rumorea que va a mejorar en defensa, lugar en el que hoy
ha estado más entonado. Dicen las lenguas sarcásticas que su presencia casi
continúa en la pista durante sesenta minutos delata un acuerdo secreto con su
padre, del que dicen manejaba muy bien la pelotita de balonmano. Quién sabe. Si
a Alex no le da ningún jamacuco ó le
revienta el depósito de gasolina, nos asegura espectáculo, producción ofensiva
y goles de todos los colores, como los nueve de hoy.
Por lo demás, como parece
claro quién va a ser de calle el campeón de esa edición de la Asobal, el de hoy es un partido para
disfrutar de uno de los mejores equipos de mundo, extraer lecturas mayormente
positivas de los tuyos ante lo irrealizable de la hazaña e incluso olvidarte de
los árbitros (es posible, de verdad, pese a la querencia de Viran Morros porque Javi García le regalara la camiseta).
Saber que lo tienes crudo agradece los ejercicios de dignidad y el Balonmano Aragón hoy ha dado la cara
pese al 24- 32 final. De hecho, los
primeros quince minutos han sido de certera igualdad, hasta que la primera losa
ha sido colocada por los catalanes (min.
15; 6- 9). En ese momento, los ataques ya habían superado a las defensas y
el Barcelona no ha perdonado, con Sarmiento al mando, para gobernar
cómodamente desde los siete metros ante una defensa naranja encajonada y
finiquitar, ayudados por una exclusión el partido en el minuto 20 (7- 13). Por ser sintético, hemos llegado juntos en
tercera y, a meter cuarta, los visitantes se han ido. Así de natural, como que
les quedaban otras dos si hubiesen querido.
Ello no ha deslumbrado al Aragón que, en su papel de hormiga, ha
seguido moviendo con un criterio de procedencia viguesa para alcanzar unos
extremos que, sin embargo, topaban demasiadas veces con Saric. Si lo ha logrado Camas
en su primer intento pero, pese a la alegría que se habrán llevado aquello que
reclaman unas gradas efusivas cuando la gente ha comenzado a señalar a los
árbitros y algún que otro mal gesto barcelonista, al descanso poco había
cambiado (11- 17). Tampoco el
trabajo infatigable de los naranjas, en forma de Deme, de Alex, de Asier y Sergio en el centro de la retaguardia, de manera que se recortaban
las diferencias en el 36 (15- 20) y
el poderío de Dujshebaev nos
mantenía a flote frente a las moles contrarias, los barullos, las exclusiones
compartidas y las individualidades del Barcelona.
La seriedad del Balonmano Aragón era algo más que
potencial (min. 49; 21- 25). Nada
que no solucione ninguno de los múltiples bomberos a los que puede recurrir Xavi Pascual. Parcial de 0-3 en tres minutos y a pensar en otra
cosa. El paseo por el campeonato nacional no debería hacerle bajar la guardia a
los catalanes porque en Europa será
otra historia a la hora de los cruces definitivos y este equipo no tiene excusa
a la hora de echar el lazo a la liga de campeones. Para los nuestros, a
preparar bien el partido de León,
donde con el compromiso de hoy y un Ademar
cansado tenemos opciones, y a pensar en ese chico que se llama Álex. A saber, igual el día que le den
minutos de descanso igual se junta con Molina,
otro de gatillo fácil, y la lían. Mientras, loaremos la capacidad de sorpresa,
tan innata a esos jugadores tocados con la varita de la genialidad.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz
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