Cambio de perspectiva

Foto : Fernando Diez. (www.cbclogrono.com)

Anima leer que el 27-26 final del partido de Logroño indica que el Balonmano Aragón estuvo hasta el final en la pomada pero indagar un poco más nos muestra como, pese al único gol de diferencia, los naranja siempre fueron a remolque, muy al estilo del partido de León. Salvo la gran victoria lograda en Cuenca, nuestros rivales a priori más directos por ese escalafón entre el tercer y el sexto puesto, han demostrado gozar de un cuerpo más. Les hemos plantado cara pero no hemos sido capaces de invertir en ningún momento el marcador y, a fin de cuentas, la jerarquía, para que el Aragón se luzca como auténtica alternativa. Puede que, aunque esto es muy largo, haya que enchufar el falso retrovisor. Falso porque al séptimo y el octavo los tenemos encima y son nuestros dos próximos rivales: Quabit Guadalajara y Helvetia Anaitasuna. De los resultados que obtengamos ante ellos, dependerá la tranquilidad de estas navidades.

Todo han sido marcadores ajustados en el tramo más duro de esta primera vuelta. Sin embargo, los resultados tangibles han sido más bien escasos. El Naturhouse La Rioja, pese a sus importantes bajas, tiene galones, fondo de armario y balonmano para lograr este año, por fin, los resultados que de él se esperan. Sobre todo, un central que aúna dinamismo, capacidad de organización y gol (Mindeguía), un brasileño que es un pedazo de jugador en los dos lados de la cancha (Petrus) y un portero, que junto a Malumbres, es el mejor de los que no va a la selección (Jorge Martínez). Si a esto le sumamos el rifle de Paván, el tema va en serio, lo suficiente para superar un Balonmano Aragón que, pese a todo, lograba sobreponerse a los empentones riojanos (13- 7 min. 23 o 21- 17 min. 45) y situar el partido en un tris. No es que el Aragón tenga un banquillo inacabable, por lo que no sólo era cuestión del cansancio del Naturhouse las reacciones zaragozanas. De igual manera, siempre se suele ver la dureza y la permisividad arbitral en las defensa contrarias y, sí, es en la retaguardia donde el Aragón basó sus opciones, poniendo unas dosis de intensidad que a veces pueden pecar de dureza. Ahí están los trencillas para determinar dónde está lo ilegal pero mirar siempre a los árbitros no suele ser más adecuado. En definitiva, al Aragón la intensidad defensiva “sólo” le valió para permanecer al acecho, lo cual no deja de ser un mérito.

¿Y en ataque? Los siete de Dujshebaev y los ocho desde los extremos fueron la principal fuente de anotación, echándose en falta a ese pivote inmenso que tenemos la suerte de disfrutar. Desde el lateral izquierdo, tres de Lozano y dos de Molina, junto con los cuatro del central Vigo, hacen el grueso de los balones enviados a las mallas. En definitiva, los baremos en los que se suele mover el Balonmano Aragón junto con los minutos, amplios o no según pareceres, de los que gozan los canteranos. Minutos fundamentales para dar el descanso necesario que asegure un rendimiento de los titulares. Como casi siempre, una gestión inteligente de todas estas variables por parte del responsable (minutos, situación, jugadores, tácticas) para determinar unos resultados que, a día de hoy, es de seis partidos ganados, seis perdidos y uno empatado. A ello se une la eliminación europea y la continuidad copera. Demasiada neutralidad como para creerse que lo de Guadalajara (un señor equipo, por cierto) es un partido más.

Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz