La vuelta a
los ámbitos terrenales después de tocar el cielo en Barcelona ha sido pudorosa con un Balonmano Aragón, el cual es claro ejemplo de la enorme distancia
que separa lo vivido durante el Mundial
y la resignada cotidianeidad. Así, después de unas vacaciones con aroma de
último tren, la realidad se afincaba en el cordobés pabellón de “El Pandero” para que el Aragón, solvente y con hechuras, ganara
cómodamente al Palma del Río. Este
sábado, con la vista puesta en esas cinco primeras plazas, deberá buscarse una
continuidad en la placidez deportiva contra otro rival de la parte baja, el Academia Octavio. Un triunfo frente a
los gallegos ayudaría a evitar un cóctel de peligrosas consecuencias, ese que
mezcla la absoluta incertidumbre económica con un devenir descendente en lo
deportivo.
Tal y como
nos describió Daniel Argüillas, no
parece que al plantel naranja esté por la labor de dejarse llevar. Al revés,
como han demostrado hasta el momento, la unión hace la fuerza y el Aragón no entrega la cuchara. Ya sea
con la ilusión de los más jóvenes o con la experiencia de los más longevos, de
los que también hemos tenido buenas muestras, lo deportivo focaliza la atención
de los naranjas en pos de una segunda vuelta que sirva para encaramarse a un
puesto europeo. Sin Kappelin ya y
con Ruiz Casanova también ausente,
reiterar la necesidad de la aportación de los más jóvenes es repetición pura y
dura. Esperemos que la contribución de todos los jugadores, su compromiso, se
contagien a la grada y, a modo de arrastre, encaminen hacia el balonmano a
algún poder económico que posibilite seguir con este invento.
Mientras,
nos preocuparemos de un Academia Octavio
en horas bajas. Los vigueses marcan la frontera con el descenso y se saben
especialistas en vivir al filo de la navaja a todos los niveles. Eso no esconde
que este histórico equipo puede darle dolor de cabeza a cualquiera. Los viejos
rockeros Dasilva y Fran González en los laterales, Cacheda como central del lujo y los Jabato, Juárez, Polakovic o Vargas como cuadrilla con galones en la
Asobal no acostumbran a regalar
partidos. Como para casi todo, no hay mejor antídoto para las penurias que
tener algo que celebrar. Esperemos entonces acumular otra piedra el sábado por
la tarde.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.
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