Ya está casi todo escrito

Foto : www.bmaragon.es

El Balonmano Aragón vive dulce. Convendría que hoy cerrará su participación en esta edición de la Copa del Rey con ese mismo sabor. Sobresaliente en liga y suspendido en Europa, aunque convendría analizar la relación que guardan ambos resultados, el nuevo formato copero y el paso por él de los naranjas ha sido de extrema fidelidad a la lógica. Se resolvió una eliminatoria incómoda a partido único ante el equipo más flojo de Asobal y ahora se va a finiquitar otra ante el único equipo intocable del balonmano español. Con toda la normalidad que le corresponde, los cuatro goles que se trajo el Barcelona de la ida serán unos cuantos más esta noche. La diferencia es insalvable y, más allá de los buenos deseos e intenciones, cabe hacer un partido que sirva como prueba general para el decisivo del sábado.

Decisivo porque poco habremos celebrado contra Granollers si el Cuatro Rayas Valladolid nos amarga el Sábado Santo. Y no es descabellado, porque vienen en fase ascendente y se juegan la vida. Entonces la inercia ganadora, brillante, del Aragón sí que tendrá que ponerse de largo. Mientras, para esta noche en la Ciudad Condal, Mariano Ortega: "Estamos en un buen momento por juego y resultados, todos los jugadores se sienten importantes y serán necesarios porque el juego del Barcelona nos exigirá mucho físicamente”. Entonces, ante la bendita necesidad de creer en el bloque y también ante el asombro del posiblemente mejor equipo de Europa, vayamos a hacer las cosas a nuestra manera.

Que Ros le de descanso a Vigo en la sala de máquinas de ataque. Que Postigo y Ariño sean media parte el alter ego de Sorli. En la portería, la pareja Argüillas-Jiménez, con la que todavía no hemos perdido, como debería recordar alguno, tiene cielo para crecerse en el Palau. Necesitamos a Molina también en ataque, aunque Deme, esa bestia que anda suelta, no pida minutos de reflexión. Igualmente, Del Valle y Camas en el lado zurdo y Penón en el pivote pueden participar de lo que sería una muestra de confianza hacia el equipo y una recompensa a los más jóvenes. Un pequeño regalo que, a buen seguro, servirá de aliciente, de revulsivo en la fuerza del colectivo, para las próximas jornadas ligueras. En ellas, por cierto, nos jugamos mucho más que hoy en Barcelona.

Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.