Fdo.: BmAragon.com
Exactamente siete días después de que el Balonmano Aragón anunciara que salía
del concurso de acreedores con la firma del convenio por parte de los
diferentes implicados, el proyecto naranja parece haber dado un espaldarazo
definitivo a su continuidad en Asobal.
Tanto deportiva como económicamente, hemos pasado del mutismo más absoluto a la
sólida creencia de que es posible una nueva época, esta vez comandada por Óscar Mainer. Sin embargo, conviene,
como los cambios de humor, no entregarse al torbellino de los extremos.
Conviene, no sólo por
higiene mental, sino también por el reconocimiento de las dudas sembradas
durante todo este tiempo. Como ya se citó por estos lares, depende de qué
periódico se elija como lectura cotidiana, la visión los avatares que rodean al
Aragón será más o menos
edulcolorada. Sabores aparte, es innegable que existen una serie de flecos a
repasar. En primer lugar, los ingresos. Aguerri,
evaluación de su gestión a un (oscuro) lado, dejó claro en su despedida algo
que no debería pillar de sorpresa a nadie: sin ayudas públicas, no hay club. Y,
efectivamente, aquí llega el conocido momento en que, entre tintineos y
silbidos, cada uno mira hacia arriba. Está por ver que la administración
pública vaya a hacer realidad “recuperar
lo devengado los seis primeros meses y poder cumplir con las obligaciones
adquiridas", tal y como se citó como paso inexcusable. Es diáfana Raquel Machín al respecto: “La DGA
no debe nada al club ni tiene ningún compromiso firmado”.
En segundo lugar, fuera del
concurso oficial de subvenciones públicas, es necesario recurrir a otro tipo de
fórmulas que representen ayuda líquida de la administración en las arcas del
club. No sabemos cuáles acabaran siendo, pero, en todo caso, la cantidad no se
asemejará ni mucho menos a cifras anteriores o incluso a cifras supuestas. En
tercer lugar, estamos a la espera de la confirmación de los dos patrocinadores
privados, uno nacional y otro transnacional, que se anunció en la rueda de
prensa correspondiente. Mientras, es lógico que hoy 31 de julio, último día para presentar los avales que den por
zanjada la participación en Asobal,
debamos seguir asociados a la precaución. Sería mortal otro año de
incumplimientos y zozobra permanente.
A la par, el equipo de la
temporada 13/14, salvo mayúscula
sorpresa, ya está configurado y dispuesto a comenzar la pretemporada. Un
plantel joven y aragonés debe servir para reforzar la masa social del club,
para sudar la camiseta con una dosis mayor aún de compromiso en una liga que se
presume a cara de perro. Deme, Cartón,
Asier y Sorli como oficiales, Pérez
de Inestrosa, Jorge Gómez y Val como refuerzos de jerarquía, y el resto de
canteranos, junto con Rial y Miguel
Sánchez, para demostrar que la tierra quiere y puede. Habrá tiempo de
analizar el equipo más minuciosamente pero las bajas de Ros y Penón, por un lado, y las dudas en el lateral zurdo, por el
otro, parecen los principales puntos conflictivos. Es evidente que cada jugador
toma las decisiones personales que cree mejores para su carrera deportiva pero
habría que reflexionar si el contexto en que se ha desarrollado la historia de
este último año ha sido el más adecuado. De poco sirve alardear de cantera si
los finales son abruptos. Lo del zurdo iremos viendo hasta qué punto Basmalis y Del Valle están en condiciones para el reto, más alargado si cabe
con la sombra de Alex Dujshebaev.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.
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