Una muerte dulce

Foto : José Manuel de Buen

Va para dos meses que, una tarde de Mayo, Amadeo Sorli cogía el micrófono para incrustar en el ambiente una dosis de emociones incalculable. De manera premonitoria, el mismo artículo que celebraba el fin de una maldición y sentía vértigo con que también conllevara el final, definitivo, de un cuento continúa presidiendo este blog. Tampoco ha sido intencionado. Más allá de las bajas consabidas (Vigo, Dujshebaev), de un golpe duro a la que se suponía línea de flotación para el futuro (Molina) y del adiós de Arguillas en relación directa con la bienvenida de Jorge Gómez, noticias, lo que se dice noticias, no ha habido muchas. Oficiales, de hecho, sólo una: la entrada en la junta directiva de José Luis Zarralanga Pétriz, para “reforzar el proyecto económico y deportivo del club”.

En definitiva, la situación parece una versión de “La vida sigue igual” adaptada al verano. Las renovaciones, las bajas, los fichajes, los cambios en el proyecto, incluso la campaña de abonados con un poco de suerte. Pero no. Aparte del sempiterno silencio, la realidad, demacrada, es otra. Hasta el día 23 de Julio no se sale de concurso de acreedores y sólo después de esa fecha, con el diagnóstico encima de la mesa sobre el escabroso tema que supone deber un millón de euros, veremos qué ocurre con el Balonmano Aragón. Y sería conveniente que nadie hiciera castillos en el aire porque, como de sobra ha demostrado el caso del Atlético de Madrid, es fácil que el hilo del que se pende sea aún más débil de lo que se piensa. Supervivencia, pura y dura, machacona, arrastrando dimes y diretes años anteriores. Esto no es fútbol, recuerden, para lo bueno (generar ingresos, tener publicidad y seguimiento) y para lo malo (Hacienda, la Seguridad Social somos todos, pero dependiendo de quién es el deudor).

Es curioso observar cómo el tratamiento de estos dos meses ha sido diametralmente opuesto por parte de los dos principales periódicos de la región. Mientras Heraldo de Aragón ha apostado por una visón plenamente deportiva, donde los problemas económicos parecían ser más bien secundarios, El Periódico de Aragón ha puesto de relieve lo poco dulce del momento. Desde la dificultad para acceder a las imprescindibles ayudas públicas una vez pasado el plazo, pese a las buenas palabras del responsable de deportes de la DGA, hasta la estrambótica noticia de que los patrocinadores presentes en la junta perdonaban su parte de deuda al club (¿?). Parece que, en el tono negro de lo que un día fue balonmano de élite, el Aragón sigue su proceso de reconversión no sabemos muy bien hacia qué. En buena lógica hacia un nivel amateur, en el que se compaginen trabajos/estudios con la práctica del deporte y las fichas sean muy modestas.

Claro que, todo esto, es lo que pensamos, lo que creemos, lo que oímos por un lado, lo que nos dicen por el otro. Certezas, casi ninguna. Al menos hasta el día 23. Ese día comprobaremos hasta qué punto le merece la pena a más de uno el balonmano de élite en Zaragoza. El enfermo, mientras tanto, espera, sin saber si lo desconectaran tranquilamente, como si no hubiera pasado nada.

Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz