La primera derrota del Caja 3 en este 2012 ha venido de manera terapéutica. Si no fuera
por los puntos, esos con los que prácticamente nadie cuenta al enfrentarse con
el Barcelona, se podría decir que lo
de hoy ha sido un arreón más de un equipo que ha metido la directa. En un
momento dulce, muy dulce, el Caja 3
ha desarrollado una oda a la estética y a la tensión que ha puesto muy nervioso
a un Xavi Pascual, que ha debido
pensar durante un buen rato en las barbas de su vecino rojiblanco. Sin embargo,
la multiplicación exponencial de recursos, propios y ajenos, de la que goza un
club del calibre de los catalanes ha imposibilitado la machada. 29- 31 para
cerrar la vigésima jornada y, de paso, recolectar un buen ramillete de esa flor
tan de un día que se llama optimismo.
Efectivamente, hay motivos y razones para
encarar lo mucho y apetitoso que resta por disputarse. Esta tarde los chicos de
naranja han hecho una síntesis de ellas, unas pinceladas de cómo alguien puede
superarse cuando el nivel de exigencia roza el infinito. Si hubiera un marco
conceptual a partir del cual explicar el
partido, ese sería el de la solidez en la retaguardia. Podría acabar en gol o
no, pero el Caja 3 ha hecho un
derroche de consistencia defensa, de basculación, de rapidez en las piernas, de
tensión competitiva. Con eso, nos hemos llevado 31 goles, lo que da una idea de a quién nos mediamos. Ya pintaban
bien las cosas desde el pitido inicial, cuando Toño Cartón ha lanzado tres obras de arte con su muñeca que poco
tenían que envidiar a las de otro artista, oficial este, que observaba desde la
esquina contraria.
Así, descarado, sin nada que perder, el Caja 3 ha decidido transitar por los
sesenta minutos. De tal manera, el tanteo hasta el ecuador de la primera parte
denotaba igualdad extrema y facilidad de gatillo (min. 15; 9-9). El Barcelona no acababa de desarrollar su
letal manera de entender el balonmano y culpa de ello tenía el alto nivel del Caja 3 tanto de la citada defensa como
de un ataque donde Victor Vigo se
hartaba de jugar y de aportar soluciones variadas al esquema ofensivo. Tendrían
que ser dos exclusiones las que otorgaran a los visitantes la primera
diferencia sustancial (min. 25; 12- 15). El Barcelona se desperezaba con el incisivo Sarmiento y el brazo de todos los colores que uno quiera del que
hace gala Mikel Aguirrezabalaga. Sin
embargo, con un descanso por el medio, en ese preciso momento iba a arrancar
un aún mayor auténtico despliegue de
fuerza y, ¿por qué no?, también de fe de los naranjas que le iban a hacer
restregarse los ojos a más de uno. Un parcial de 9-2 desembocaba en el minuto
40 en un sorprendente 21- 17 y
el pabellón mimetizado en un rugido.
Cuando Malumbres
y sus escuderos están a la mesa, la licencia para soñar se sirve. Estos eran
los ingredientes a los que el Barcelona,
preso de la precaución, buscó neutralizar con el gigante Nagy, proeza de altura, cuerpo y coordinación, como antídoto. Saric también había entrado a cerrar la
herida. Definitivamente, el Caja 3
se gustaba pero el reto no dejaba lugar para florituras porque los hombres de Xavi Pascual son el mejor equipo del
mundo. Había que remar, estaba claro, pero la inercia, muy relacionada con el
límite de las fuerzas físicas, había cambiado de dueño. La brisa ahora venía
del Mediterráneo y, así, limando,
rascando, sufriendo en conclusión, el Barcelona
volvía al punto de partida en nueve minutos (min. 49; 25- 25), amparado igualmente en un mayor profundidad
defensiva.
Era el tiempo de los héroes. Nagy y Mikel por un lado, Maqueda y
Cartón por otro, y otra pareja de cuyo nombre evito acordarme formaban los
duetos de baile. Para nuestro pesar, la última de ellas asume el papel de ley
y, en una serie de decisiones antológicas, han apuntillado a un Caja 3 al límite de sus fuerzas. Un
límite que, por cierto, no tiene que ser necesariamente sinónimo de
derrota cocinándose. A lo que íbamos,
una primera y justa exclusión de Maqueda
colocaba en franca ventaja a los catalanes (min.
53; 26- 28) pero un gol y un dos minutos en contra del Barcelona convertidos en falta en ataque apagaban la luz a falta de
cuatro minutos para el final (27- 30).
Aún quedaba el show de otra falta en ataque inexistente hasta para el Pato Donald y un halo de vida que
trituraba Nagy y un paradón de Saric a Sorli que no eclipsaba que, para porteros, aquí había habido uno como un piano en la segunda
parte y es de Villava.
La maquinaría barcelonista evitaba un serio
revés en su marcha hacia el titulo liguero mientras que el Caja 3 apunta maneras de lo que puede ser un fin de temporada. A
partir de aquí, Torrevieja, Leon y Brest son la triada que conduce hacia un primer éxtasis o a algo
más opaco. Eso si, no nos podrán decir que no llevamos optimismo en la
cartera.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.
5 comentarios:
Gran crónica y gran partido.
Muy buen ambiente hoy en el Felipe. Daba gusto ver al equipo, y daba gusto ver la grada.
Un partidazo en toda regla.
Hacia tiempo que no veía un partidario como el de hoy. Dos equipazos jugando de poder a poder y un ambientazo en la grada. Así se hace afición. Por cierto un asco lo del arbitraje. Menos mal que lo ha visto toda españa
VAYA ROBO. ASI ES IMPOSIBLE GANAR NUNCA. BRAVO POR LOS JUGADORES DEL CAJA3.
Impresionante el partido del Caja3 por su esfuerzo y lucha.
Esto es lo que engancha a la afición un verdadero partido de balonmano.
Una pena que los arbitros se pusieran de parte del lider, cuando ademas a este no le hace falta.
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