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sábado, 17 de diciembre de 2011

En esta casa sí hay ley



Pero no será porque los de azul no lo hayan discutido. Nunca han entregado la cuchara y ello ha permitido un partido sin finiquito hasta el último instante, al nivel de lo que se le presuponía. Por jerarquía, por peso, el Caja 3 ha ido siempre en cabeza. Sin embargo, empieza a parecer que los sesenta minutos acaban saturando a unos naranjas que acusan falta de cierta frescura en los últimos tramos. De todas formas, vayamos por partes.

En primer lugar, sin conocer el número de exacto de aforo, se puede hablar de patinazo. Cada cual que busque razones, que las tenemos a pares: Poca cobertura informativa, frío, hora intempestiva, siglo XXI casi XXII o simplemente se ve mejor por la TV. Si entramos de fondo en los argumentos deportivos, ha habido balonmano de tensión, de cuchillos afilados, de ganas por ambos en definitiva. De tal manera, con la dejadez a buen recaudo, los primeros tanteos era igualados hasta que el Caja 3 volaba hacia la primera ventaja sustanciosa (min. 13; 8-5). ¿Qué teníamos hasta ese momento sobre la mesa? Un Huesca BM que encontraba a Saubich en la esquina de la mano de su compañero de la cantera barcelonista Álvaro Ruíz, ambos alumnos destacados. La alquimia cajista frente a tan peligroso tándem consistía en percibir que eran los extremos quienes debían tener la llave en nuestro ataque, a la par que Malumbres le ganaba el duelo a Pesic desde los nueve metros. Sin embargo, Huesca sacaba más cartas al tapete. Su mayor velocidad defensiva nos sacaba faltas en ataque y un artista llamado Alex Álvarez enfilaba directo nuestro entramado defensivo. El resultado era positivo (min. 20; 8-7) pero gaseoso (min. 23; 12-9). Las prestaciones defensivas del Caja 3 habían crecido, amparada en un centro de la misma Maqueda-Casanova, lo que hacia más fácil correr para nuestros extremos. Pesic, héroe y villano, sostenía con golpes puntuales a unos azulones en la brecha al descanso tras un larguero naranja que les permitía respirar al transformar el contraataque y no hacer más profunda la diferencia (17-13).

Parecía que la segunda parte era el momento de lucir galones y plasmarlo, alejando fantasmas en forma de reacción de un BM Huesca inferior pero no derrotado. Los diez primeros minutos han seguido por ese mismo cauce. Despacito pero inexorablemente, metro a metro, Huesca retrocedía, no sin sangre vertida. Sin embargo, dos detalles habían cambiado. El primero, Voncina estaba vivo y preludiaba sacando, entre otras, un contraataque que podía haber sido un final anticipado. El segundo, viendo que ni Pesic ni Vyera pensaban a la misma velocidad que Alex Álvarez, la apuesta de BM Huesca se encaminaba en un único sentido: La línea de seis metros, allí donde esperaba el mejor jugador, o uno de los mejores, de los azules. Efectivamente, el correcaminos Victor Tremps iba a demostrar con creces en los siguientes minutos como hacer una línea de pase de cada movimiento. Antes de cambiar la dirección del partido, el minuto 41 reflejaba la última gran diferencia (23-17) y el Huesca lanzaba una defensa 6:0.

A partir de esos momentos, los últimos veinte minutos que, a la postre resultarían insuficientes para los visitantes, iban invirtiendo paulatinamente la tendencia amparado en un nuevo concepto de cerrazón defensiva combinada con el dueto Voncina-Tremps. En base a los citados puntales, las limitaciones oscenses pasaban a un segundo plano. Eran cuatro goles en el 48 (27-23) y el Caja 3 no se sacudía el sigiloso barro en el que el luchador equipo visitante nos introducía. Se mantenía una distancia prudencial, sin dar un golpe sobre la mesa, que era menos prudencial tras una exclusión (min. 53; 29-25). Al límite del pasivo, acertaba Humet, valiente como siempre, pero Ortega se veía apurado, solicitando un tiempo muerto con 30-27. El ritmo de remontada de BM Huesca era demasiado lento como para surtir efecto. Lo lamentaban ellos y lo celebraba un, ¿a la fuerza?, contemporizador Caja 3. Fallos frente al inconmensurable Voncina, dos goles a minuto y medio, para resumir unas prisas que no ahogaban el pitido final y el 31-29 que reinaba en lo alto del pabellón.

Ahora, con mucho tiempo para meditar, convendrá pensar si Vigo no debe jugar más minutos como boss en ataque, y sino sería mas productivo un cambio ataque- defensa en el pivote, sobre todo comprobando que la longitud de la plantilla no promete alegrías. Por último, BM Huesca, que nadie lo interprete mal, parece peor equipo de lo que es. Tiene argumentos y seguramente estará para luchar hasta el final por una permanencia que, este año, visto lo visto, va a estar más cara que ningún año. Para la vuelta, como deseo, que los dos tengamos todavía más que celebrar que en el día de hoy. Celebrar, aparte del encuentro, el saberse con el deber cumplido




Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde Huesca enhorabuena por la crónica . Partido histórico y emocionante , crónica profesional , me apunto este blog en favoritos.
Felicidades por vuestra merecida victoria.

Anónimo dijo...

les van ha venir bien las vacaciones, porque al final llevaban una caraja de cuidado.

Nachobal dijo...

Nos falta intensidad defensiva, variedad y riqueza en esa faceta del juego para no ser tan previsibles.

Y cerrar los partidos, nos reñajamos en cuanto cobramos ventajas. Fallamos lo mas sencillo, el otro día erramos 4 goles extremadamente fáciles y estuvimos a punto de pagaron ante un equipo inferior.

Ahí están las consecuencias clasificatorias

Saludos y feliz Navidad