Foto : Heraldo.es
La realidad es, mucha veces, un grueso muro con el que preferimos golpearnos antes que buscar otras opciones. Ella está ahí, inmutable, para equilibrar cualquier salida de tono que uno pueda desarrollar. Tozuda, como el centro de la defensa del Cangas, una multiplicación de piernas, brazos, contactos y desplazamientos contra las que el Aragón ayer chocó con insistencia. Otro ángulo de esa misma realidad, compartiendo escenario y protagonistas, lo confeccionó David García, que cosió y descosió a su antojo al centro de la defensa local.
No es que el Aragón se empeñara en darse de bruces.
Es que no tiene más sitios donde agarrarse. Justo al contrario que el Cangas, cuyos recursos no son los de un
equipo de abajo. Con esta premisa fundamental, se desarrolló el partido: el Aragón un paso por detrás, ya fuera en
forma de dos o tres goles. Un espejismo de cabalgada hacia la remontada que,
salvo inmolación de los visitantes, no podía llegar.
Dejarse la vida en cada
acción, como aquél que salta de una trinchera, es un modus operandi que tiene
sus limitaciones. Entre ellas, la inoperancia en la circulación del balón que
olvida que existen los extremos. Ya sea Juan
Castro, ya sea ese raudal del aire fresco que es Javier Ariño, el Aragón
necesita un criterio en la posición de central. Ayer, el caos en la búsqueda de
la mano, que no muñeca, de Val
facilitó la ya de por sí aguerrida defensa de los Eijo, Cerqueira y
compañía. Si a eso le añadimos la gran actuación de Mijuskovic repeliendo pelotas en los seis metros, se hace más fácil
de entender el contrapié a lo largo de los sesenta minutos.
No podemos pensar en cuál es
la liga de nuestros rivales. La situación crítica, donde por momentos parece
que Aragón queda descolgado junto a Juanfersa Gijón, exige evitar categorizaciones y abarcar con todo, alma y
cuerpo, los partidos. Eso ha demostrado el Aragón
que lo maneja a la perfección. El equipo con Demetrio y con Julio es competitivo. Van a venir victorias a buen
seguro. Ahora tal vez la ecuación resida en saber si serán suficientes. La
ilusión es la misma que el día del Anaitasuna
pero los argumentos deportivos son los que, definitivamente, dirán del músculo
que puede lucir el Balonmano Aragón
en esta liga desmadejada.
Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz