Nacido para matar

Foto : http://bmatleticodemadrid.es/

El Balonmano Atlético de Madrid, se rumorea, es una máquina ofensiva que goza de un caudal de capacidad próximo a lo inabarcable. Después, o antes, abarca una nada desdeñable capacidad defensiva a la que ampara dos extraordinarios porteros, por casualidad fijos en la selección española. Cuando todas las piezas de la maquinaria encuentran un ajuste más o menos equilibrado, suele resultar complicado hacer cuentas con un equipo que, dentro de tres semanas, disputará la Final Four en Alemania, algo que ha convertido en cotidiano durante los últimos tiempos. En todo este escenario espiritual (el físico era menos elocuente), el Caja 3 ha capitulado con dignidad y prácticamente ha corroborado, a falta de tres jornadas, que será quinto al cierre del campeonato.

Desde luego, tampoco podemos obviar que el Caja 3 Balonmano Aragón ha tenido concretamente 33 minutos de balonmano relevante, que podía prometer incluso un final apretado, el cual ha sido disipado por un Arpad Sterbik magno cuyas intervenciones han hecho supurar el marcador, a través de un parcial de 8-2, a cotas más prudentes para que el Atlético gestionara la victoria próxima. El Caja 3 no se ha desarbolado en ese último tercio del partido pero tampoco ha dado la sensación de poder voltear el marcador en ningún momento. La lógica no era afín a los intereses naranjas.

A lo largo de la primera media hora, sin embargo, se había desarrollado una autopista por el medio de la capital dónde, si bien el Atlético había comandado en todo momento el marcador, un carrusel de exclusiones en los últimos diez minutos de la primera mitad había acentuado la anarquía, volatizado las escasas ganas de defender y conferido un elevado tanteador, el cual reflejaba un empate a 20. El resumen había sido un pivote que ha obligado al Atlético a cerrarse en 6:0 y cuya labor cada día se engrandece. Efectivamente, Javi García había culminado una buena labor en ataque del Caja 3 con circulaciones largas, múltiples cruces y desdoblamientos a los seis metros que habían limitado los errores no forzados, esos que los grandes equipos penalizan al máximo.

Parecía evidente que el paso por los vestuarios iba a imponer disciplina en las retaguardias, sobre todo en la rojiblanca, a costa si no de tener luego que sofocar incómodos incendios. Así, de un engañoso 0-2 de parcial inicial se pasó a un 6- 0 que dejaba ya definitivamente la iniciativa como propiedad Atlética. Una exclusión, un par de pérdidas y el aluvión de Sterbik frente a Javier Garcia y quién decidía probar suerte conducían el partido a un cómodo 30- 25 en el minuto 46. El Atlético había basado su despegue en encorrer hasta la extenuación los movimientos ofensivos de los zaragozanos, imponiendo en consecuencia un achique de espacios que empezaba y acababa entre los tres palos. Poca historia más se desarrolló, salvo un Julen Aguinagalde que ejerció de continuador de su compañero Eduard Fernández y nos masacró en la línea de los seis metros, hoy territorio extraño para la defensa naranja.

32- 27 (min. 20), 34- 29 (min. 26) y 35- 31 final en una recta con todo decidido. Unas cuantas de Malumbres, unas transiciones desbocadas de Casanova y Sterbik siempre para dejar escrito un honroso marcador en Vistalegre. Quedan tres jornadas en las que, si bien es bastante improbable que nos movamos del quinto lugar, está en las manos de los jugadores cerrar con gran sabor de boca una temporada muy notable en lo deportivo y muy incierta en lo demás. Por ello, frente al tormentoso verano que se aproxima y que sirve de continuación a desagradables problemáticas, esperemos que en Huesca, con los deberes hechos ambos, nos volvamos a citar para el año que viene, a ver si se entera quién deba de lo que supone el balonmano en esta región. Aunque no tenga ruedas.

Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.