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viernes, 16 de agosto de 2013

El Aragón de la 13/14: los compañeros de viaje


Ni que decir tiene que este año el Barcelona de Karabatic y Lazarov va a disputar treinta entrenamientos. El año pasado fueron veintiocho y una desgana en Logroño que le impidió hacer un pleno que parece evidente esta nueva temporada. Desde luego, no son las mejores prácticas para la Champions pero así están, por desgracia, las cosas. Después, parece meridianamente claro que el Naturhouse La Rioja debería ser segundo ya que esta vez no hay siquiera espacio para tirar balones afuera. La plantilla de los riojanos está un escalón por encima de las restantes pero, precaución, porque la Champions es un reto mayúsculo que luego puede pesar en determinadas canchas. El Natur tiene un equipo sobresaliente en el contexto actual pero no para ganar de calle en todas sus visitas. En realidad, hace un lustro no se meterían ni entre los seis primeros clasificados.

¿Y después? Después la guerra más absoluta. Del tercero al decimosexto puede pasar cualquier cosa y minimizar los puntos perdidos en casa va a ser condición sine que non para poder aspirar a las posiciones nobles. Quién, dentro de una línea de regularidad, sea capaz de subir la puja y asaltar en consecuencia hogares ajenos, tendrá ganados muchos puntos para distinguirse dentro de la masa gris e informe en la que se ha convertido la Asobal. En definitiva, nadie tiene jerarquías a priori. Los últimos representantes de la clase media, Ademar y Aragón, han sido devorados por sendos procesos concursales que les ha llevado a formar plantillas competitivas dentro de la situación actual, a la espera de que alguno de los jugadores jóvenes rompa y puedan continuar entre los cinco primeros. Sin embargo, parecen ofrecer más garantías, dentro de unos márgenes, Granollers y Huesca. Los catalanes, sin hacer ruido, ya fueron sextos el año pasado y han mantenido ese bloque con los cambios forzados de Malansinskas y Pérez de Vargas por Schulz y Álvaro Ruiz. Pueden optar a ser terceros, al igual que Huesca si le respetan las lesiones a una plantilla corta. Nutrido del extinto Torrevieja, los oscenses no deberían tener miedo a las alturas.

A continuación, vendrían tres equipos de trayectorias dispares. Por un lado, el siempre serio Anaitasuna, el cual parece tener este año un equipo un poco inferior. Por otro lado, el histórico Valladolid, después de un año de dolorosa purga, mantiene lo bueno del año pasado (Porras, Peciña) y suma excelencia con Cacheda o Corzo. En tercer lugar, el proyecto de Guadalajara es el más incierto y, por tanto, el que más opción da a la sorpresa. Dos grandes jugadores como Plaza y Vigo junto con una legión de brasileños deseosos de hacerse escaparate son las armas de un Garralda que el año pasado no respondió para el equipo del que disponía.

Luego, siete equipos con otros tantos pabellones ruidosos que harán de ellos el sitio donde cimentar la permanencia y, ¿por qué no?, soñar con cotas más altas. Fertiberia Puerto Sagunto, noveno el año pasado, se encomienda a sus clásicos y al destacado refuerzo de última hora, Apelgren, para evitar sudores. Como los valencianos, el Ciudad Encantada ha sufrido muchos cambios en su plantel y el reto de Zupo se traslada a hacer funcionar a unos refuerzos desconocidos en su misión de sustituir a consagrados en la liga como Simonet o Ángel Pérez. Otra revolución ha habido en la sorpresa del año pasado, Villa de Aranda, cuya mezcla de jóvenes lidiados en categorías inferiores, trotamundos de la Asobal y los restos del año pasado necesitará a buen seguro un período de adaptación. El clásico Cangas, mientras, no engaña a nadie: renovación casi completa del plantel por un año, los ajustes estrictamente necesarios (la porteria), O´Gatañal como credo y Muratovic como pastor de almas.

Por últimos, los tres últimos ingresos en la liga están en esa misma línea. Parece que el Angel Ximénez-Puente Genil ha apostado por una renovación más profunda de su plantilla con un perfil de gente experimentada en la máxima categoría. Por el contrario, Gijón Jovellanos mantiene el bloque del ascenso y suma tres incorporaciones foráneas para posiciones muy concretas. Veremos que fórmula tiene más éxito. La mejor de las bienvenidas es la del histórico Bidasoa de Irún, que ocupa la plaza del extinto Atlético de Madrid. Con un bloque para competir en División de Honor B, se le podría considerar el equipo más flojo de la competición. Sin embargo, las experiencias de años anteriores con respecto a estas casuísticas (Anaitasuna, Aranda) y la extrema igualdad de la liga aconsejan evitar estas etiquetas tan tajantes. 





Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz.

1 comentario:

Nachobal dijo...

buen análisis álvaro, enhorabuena

en qué posición nos veis?