Tu tienda de Balonmano

martes, 16 de marzo de 2010

A por otra gesta histórica...

Realmente la empresa es difícil, casi imposible, nos enfrentamos al mejor equipo del Mundo con nuestros hombres totalmente diezmados por las lesiones, pero como muy acertadamente nos recuerda un amigo, que mañana disfrutará de la emoción de vivir en directo los cuartos de final ante los guerreros manchegos, nuestra obligación es darlo todo e intentar la victoria. Eso, en parte, ya será una victoria.


Existen multitud de historias de situaciones imposibles y hechos inesperados que pueden hacernos creer en la posible victoria, una de esas historias es la de los últimos de Filipinas. Enmarcada dentro de la guerra Hispano-Estadounidense se refiere al heroísmo de la guarnición española de la aldea costera de Baler, en Luzón. En el verano de 1898 un Capitán y una cincuentena de soldados quedaron sitiados en la iglesia de Baler por los insurrectos. El sitio duró casi un año, hasta meses después del Tratado de París, cuando las Filipinas dejaron de ser territorio español.


Esta guarnición sufrió los rigores de la guerra y el hambre pero nunca dejaron su posición, acabaron resistiendo en una pequeña Iglesia, los filipinos decidieron atacar la iglesia diariamente para agotar a los sitiados. Pero no era el ejército filipino el que podría rendirlos, sino la falta de alimentos. La hambruna era tan grande, que toda hierba, ratas, caracoles o pájaros que estaban a su alcance eran comidos ávidamente.


A finales de mayo del 99, persistiendo los ataques, los filipinos llegaron hasta las mismas paredes de la iglesia, siendo rechazados en un cuerpo a cuerpo, dejando el enemigo 17 muertos y logrando algunos heridos regresar a sus posiciones. Los continuos ataques, cada vez mejor organizados, pretendían acabar definitivamente con el punto de resistencia.


Realmente la guerra había concluido pero esa gente quería ganar al Ciudad Real, digo la guerra o yo que sé, Finalmente los filipinos llamaron a un Teniente Coronel Español para que convenciera a los sitiados de que la guerra había terminado y España abandonado Filipinas, pero aún así no se lo creyeron y se negaron a abandonar la Iglesia, por suerte el enviado trajo prensa española, y una noticia conocida por uno de los soldados pudo hacerle ver la realidad de que ya era el momento de parar (supongo la noticia era deportiva y de balonmano lógicamente).


Tampoco esperamos que los nuestro coman hierba o que si mañana perdemos continúen la lucha indefinidamente, pero de cualquier modo queremos pensar en que el milagro es posible y que el tesón y el esfuerzo pueden ser recompensados, la obligación de los nuestros es intentarlo y la nuestra animarlos.


¡ A POR LA CAIMANCAMPANADA !





Fdo.:Donbeno73

2 comentarios:

El Espíritu de Magdeburgo dijo...

No dejar de luchar en todo el partido ya será una victoria.

Ánimo CAI

Alfonso Marco dijo...

bien dicho espíritu, ese es el espíritu... pero poco más.

claro que no tenemos que quedarnos en casa y menos aún ante el partido de alemania, pero en antequera es muy poco o nada realista creernos en condiciones de dar la sorpresa o mejor tres sorpresas: 1º el problema -problemón- de ganarle al c. real y después a otros 2 huesos de cuidado, más aún con las bajas y carencias que tenemos.

no es que tengamos que renunciar a pelear pero sí tener los pies en el suelo y ser muy conscientes de donde es nuestra guerra y no es antequera.

de acuerdo que la victoria ante c. real es una victoria de prestigio y que hay que dar la cara, pero pronto vamos a tener una oportunidad mejor, en casa y con 2 ptos. en juego en la liga para intentar esa victoria de prestigio.

y aunque nos queramos convencer que nos lo creemos y apelaciones a la heroica similares no por ello vamos a dar más fácilmente la sorpresa.

y, por supuesto, ojalá me equivoque por completo.