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domingo, 4 de septiembre de 2011

Por su propio peso

Foto: José Manuel de Buen (Web Caja3 BM Aragón)

Sin lugar a dudas, la competición y el ritmo que ella implica tienen una piedra angular en lo que podríamos llamar la creación de hábitos. Ayer, en un Felipe con una entrada que se pasó de floja, pudimos ver que, a falta de los puntos en juego, lo cual no es asunto diminuto, nuestro nuevo Caja 3 ha asimilado en grandes dosis lo que busca y la manera de buscarlo, el cómo en definitiva. Tuvo la sensación el que esto escribe que anoche se derrotó con más margen que en anteriores citas a un rival con DNI granítico. Conviene repetirlo: Sin puntos en juego las cosas son distintas, pero los hábitos adquiridos (o no) relucen.

Sin Masachs y sin un Ruíz Casanova que se antoja fundamental para darle consistencia a la defensa, el equipo salió con un aspecto físico que denotaba las penalidades que son compañeras de vieja de la pretemporada, o lo que es lo mismo, que los chavales estaban finos tanto de cara como de cuerpo. Nadie debe olvidar que la condición física, unida a la mental, suponen para el deporte una parte fundamental de cara al rendimiento, muchas veces incluso pareja a los niveles técnico- tácticos. En una travesía tan larga como la que espera, ser capaz de no “quemarse” es un reto que puede implicar una baza importante para lograr los objetivos marcados. En frente, Cuenca Energía, al que le faltó motor y le sobraron golpes, lo que tampoco viene a ser noticia. Zupo Equisoain debería distinguir donde está la línea entre la legitima intensidad y el cabreo y las oposiciones a sheriff, las cuales le otorgaron no una plaza sino una tarjeta de color rojo. Los conquenses no acaban de progresar: Tienen un equipo muy apañado pero excesivamente esquemático y con carencias de fondo de armario. Duros atrás, a veces en demasía (tema mas llevadero en su cancha, con una afición muy ruidosa detrás, pero más complicado de ejecutar sin penalización fuera de ella), con un buen portero como Kappelin, aunque ayer no las oliera, buscan salir en contraataque y si ello no puede ser, la primera línea cubana abarca todo su ataque con un Corzo magnífico, un jugador superlativo que tiene la manija de las pulsaciones del partido. A éste lo acompañan otro portento físico, Capote, y el zurdo Paván, un punto por debajo de los dos anteriores. Sin embargo, la segunda línea, y fundamentalmente los extremos, son desconocidos en el ataque posicional de Cuenca, lo que no deja de suponerles un hándicap.

En el desarrollo del Torneo CAI Ciudad de Zaragoza, se puede decir que el Caja 3 confirmó que su lógica es superior a la de Cuenca, que sigue habiendo un escalón entre ambos y que, en definitiva, hay argumentos para espantar a los agoreros que predecían un Caja 3 sin aspiraciones. Estas mismas, ente otros muchos mimbres, las representa un central como la copa de un pino, que la mueve, que saca el brazo en penetración, que finta, que cambia de dirección, que es doctor en los 2:2 y que es gallego para más señas. Se llama Víctor Vigo y es lo que más necesitaba este equipo: Un central con mayúsculas. En defensa sufrió más, ante la ausencia del Kaiser que obligó a desplazar a Deme al centro, pero está claro que mueve la máquina naranja. Pese a Vigo, Cuenca se fue al descanso uno arriba, con una defensa más tensionada que la nuestra y un aprovechamiento máximo de errores puntuales, sobre todo en la circulación, que facilitaban contras para el argentino Fernández.

Foto: José Manuel de Buen (Web Caja3 BM Aragón)

Ese punto de más en la solidez defensiva conquense y la misma capacidad de exprimir al máximo los errores naranjas tuvo un único posible punto de ruptura cuando Cuenca se fue, al poco de iniciar la segunda parte, tres goles arriba. El Caja 3 sólo cambió aquello del guión que más cojeaba, es decir, un empujón mas de consistencia defensiva, de juego de piernas y de solidaridad en las ayudas donde todos, digo todos, participaron y a medio plazo cortocircuitaron la primera línea conquense, en trayectoria inversamente proporcional y con las piernas bloqueadas, cuya respuesta derivó en las continuaciones con esa mole de 150 kilogramos, Cibulskis, al cual sus propias virtudes lo limitan en una dificultad considerable para girarse en la línea. Las exclusiones castigaron a unos castellanos que intentaron paliar sus problemas a golpes y el partido se rompió con un Malumbres señor bajo los palos, una potencia indescriptible en el brazo de Humet y la constatación de que también en el extremo izquierdo tenemos un nuevo estilete que al segundo está en la línea contraria preparado para culminar. Se llama Cristian, Postigo para más señas, y volvemos a tener samba, efectivamente, pero ésta también defiende. Con el partido roto, cinco goles arriba, Ortega tiró de cantera (están ahí y no sólo para lucir músculo de la casa sino para crear futuro y reinventarse) y nos sorprendió con dobles mixtas en los momentos de superioridad numérica.

Con suerte, podemos crear también el hábito de ganar y empezarlo a poner en práctica en Antequera la semana que viene cuando las inercias se traduzcan en puntos. La capacidad que se tiene para ello quedó ayer demostrada.




Fdo.:Álvaro Lombardo Sáenz

7 comentarios:

El Espíritu de Magdeburgo dijo...

Buen artículo Álvaro. Buen trabajo.

Anónimo dijo...

La verdad es que define a la perfección lo que vimos ayer.
Este año vamos a sufrir mucho en defensa (sin altura ni kilos), pero creo que disfrutaremos en ataque.
Pedazo central Vigo.
Los nuevos me gustaron mucho, el único que me dejó dudas es el pivote. En ataque bien, pero en defensa, para mí, flojo. Ahí echaremos de menos a Carlos y Robert.

Anónimo dijo...

Mejor qie algún peroódico. Que dure.

Anónimo dijo...

como todos los partidos sean en viernes vamos a estar en familia

Anónimo dijo...

ese Cristian ¡que partidazo!

Anónimo dijo...

Si,si, mucho mejor que el heraldo, enhorabuena

Anónimo dijo...

La crònica del partido Caja 3 - Cuenca, escrita por R.L. en el Heraldo de Aragòn, creo que en esta ocasiòn es de las màs acertadas y totalmente neutral en un partido "amistoso".