Tu tienda de Balonmano

jueves, 10 de noviembre de 2011

¡ A Pamplona hemos de ir…!


Y no una, sino dos veces se va a desplazar el Caja3 Balonmano Aragón a tierras navarras por mor del ascenso administrativo del Helvetia Anaitasuna. Pero que nadie entienda que el hecho de haber conseguido la plaza Asobal a última hora y como parte beneficiada del “descenso económico” del Arrate, los pamplonicas no acumulan méritos propios. Más al contrario, el Anaita ha peleado sin descanso por la plaza que ahora detenta. Fueron nuestros paisanos del norte quienes les privaron por última vez del ansiado ascenso.

Pero el Anaita ya está asentado en la categoría y no tiene intención de ponérselo fácil a nadie. Que se lo digan a nuestros amigos de Granollers donde comenzaron la Liga dando la sorpresa. Cuentan además con una más que fiel afición que no deja de animarles, como ya vimos en Huesca.  Y en la pista el peligro en ataque tiene acento lituano, por su lateral izquierdo Rolandas Bernatonis, y algo de catalán, por su central Rubén Montávez.  Entre sus 5 máximos realizadores dos laterales y dos centrales. La lucha en esa parcela está asegurada.

El Caja 3 por su parte recupera a su joven cañonero Demetrio Lozano que vuelve, junto a Javier Humet, a la que hasta hace poco fue su ciudad, si bien Deme lo hizo en el eterno rival de los de Anaita. Contará pues Mariano con toda la Artillería, y nunca mejor dicho, para ganar en un campo en el que debe ganar. No será fácil, hoy en día ya no lo es en ningún campo, pero si el Caja3 quiere cumplir sus objetivos está “obligado” a ganar. Todo lo deportivamente que uno puede estar obligado. Todo sea por no volver de Pamplona cantando el “Pobre de mí…”

Sea pues la referencia a la fiesta mágica navarrica, y para que no se diga que Pamplona solo es San Fermín, os dejamos aquí un vídeo de la ciudad. O casi. 

¡ Vamos Caja3 !



Fdo.:Espíritu de Magdeburgo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ESPEREMOS QUE ESTA VEZ SI QUE GANEN.

Anónimo dijo...

a ganar

Anónimo dijo...

muy chulo el vídeo, aunque un pelín viejo