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jueves, 29 de marzo de 2012

Friends for life



Logroño, como buen vecino sin ganas de avenencia, no es un lugar donde el Caja 3 tenga un recibimiento acogedor. No es maleducado, aunque a veces lo haya rozado, ni mucho menos violento, pero es evidente que, a la mínima, los cuchillos se afilan entre miradas ávidas de gresca. Vamos, lo que podría ser un derbi en su sentido más legitimo. Si a este polvorín le añadimos un criterio arbitral oscilante y perdido por completo en la inmensidad de un pabellón, nos podemos hacer a la idea de que los dos puntos que han rascado los zaragozanos son de los que alivian cualquier pesar. El 26- 27 final alimenta las sospechas: El barrizal ha sido de los que uno recuerda.

Eso que el Caja 3 ha comenzándole partido cruzándose a los lejos con el Naturhouse. A lo lejos porque se confirmaban las trayectorias precedentes de ambos dos, los riojanos en un momento delicado, de nada en el vacío cósmico, y los naranjas a los que les salía del tirón aquello que se proponían. Resultado evidente: 2- 7 (min. 8) y Jota González pidiendo tiempo muerto. El Naturhouse no encontraba ni pausan ritmo con Prce de central y facilitaba el trabajo defensivo y ofensivo de los naranjas, desde las paradas de Iñaki a los contraataques o un valiente Humet sacando petróleo de sus penetraciones. Una doble exclusión (min. 22) y la entrada necesaria de García Vega equilibraba la contienda (min. 25; 8- 12). Con esos cuatro goles se llegaba al descanso (11- 15) pero también con ciertos matices que iban a preludiar la segunda parte.

Por mucho que nos empeñemos, el Caja 3 no es tan sumamente superior al Naturhouse, por muy negado que éste esté, como para dedicarse al noble arte de la administración de las rentas. Por si fuera poco, a los dos de negro se les ha disparado la metralleta y ya no han sabido apagarla. Pero, al menos en la primera mitad de la segunda parte, las balas llevaban una dirección muy clara, y era la de los visitantes. Un parcial de 0-3 ayudaba a los riojanos a creer otra vez en sus opciones (15- 18 min. 38) mientras los pasivos los pitaban los más bien pocos pero tremendamente ruidosos aficionados congregados. Nuestro flujo ofensivo se ha ido apagando al mismo compás que la ventaja en el electrónico para, al ritmo de rasero distintos en los contactos, volver al punto de partida en el minuto 45 (20- 20).

Con todo por hacer y un Alex Dujsbhaev lanzado en el armado y la asistencia, las dudas eran razonables acerca del aire que pudiera respirar el Caja 3. Pero hay que contar con que, cuando a uno las piernas le dan el aviso, el otro tampoco muy sobrado. Además, los árbitros han decidido desquiciar cualquier intento razonable de jugar un balonmano de tiralíneas con decisiones y exclusiones a su antojo, algunas de las cuales nos han ayudado en los compases finales. El ambiente se ha encrespado a todos los niveles y los desvelos han quedado para valientes o inconscientes según el caso. En nuestro lado, como no, Maqueda se ha ido contra el mundo con éxito dispar, pero temeridad ganadora, que no es poco. El partido era un pandemónium compartido y caía del lado visitante la delantera (min. 21; 23- 24). Ha sido importante en este ejercicio de funambulismo al que se ha sometido el Caja 3 coger la delantera en el delgado cordel porque, visto lo visto, la guerra de guerrillas sucesiva tenían mucho de imitación.

Jorge Martínez le sacaba una a Javi García, Garabaya erraba frente a Malumbres. Los árbitros pitaban línea al Naturhouse y acto seguido le conmutaban un penalty clarísimo, ejemplos varios de un continuo ejercicio de compensación que al final le ha dejado menos llagas al Caja 3. Jorge Martínez volvía a amargar a Sorli, Masachs le sacaba falta en ataque en el contraataque a los franjivinos para que Javi García elevara el marcador dos arriba con dos minutos para el final (min. 58; 25- 27). ¿Laureles de triunfo? Quedaba lo mejor. Prce crujía las redes después de casi llevarse por delante a Sorli, y un de nuevo destacado Grebenar sacaba un penalty que, sin embargo, erraba Masachs. A uno y con medio minuto por delante, Naturhouse conseguía llevar la pelota a seis metros para obtener un preciado botín en forma de siete metros. Siete segundos en el marcador indicaban que lo de que esa infracción saliera, sería carne de acta.

Así, como el que no quiere la cosa, el destino, inexistente e infalible, ha decidido que fuese Iñaki Malumbres, el coco de los riojanos, del que se acuerdan, incluyendo su familia, hasta en la presentación, quién se topara entre el balón propulsado por Ismael Juarez y la portería. Las manos rojas de aplaudir y la garganta ronca de propulsar goras a San Fermín para celebrar una parada que valía un partido y cobraba algún mal humo mediante la mayor de las satisfacciones. En todo el morro, habrá pensado más de uno. De todas formas, aunque no haya que embobarse con los detalles, el de hoy ha sido un curioso malabarismo justiciero del destino. Y dos puntos en una cancha muy difícil, que es más tangencial.




Fdo.:Álvaro Lombardo Sáenz.

4 comentarios:

El Espíritu de Magdeburgo dijo...

Buen partido de los nuestros. Al Natur lo mantuvieron en el partido los árbitros por esa extraña costumbre de ayudar al que va por abajo para que el partido no acabe en el primer tiempo.

También nos dieron, pues alguna falta señalada en el segúndo tiempo a nuestro favor la vieron ellos, pero en general fueron unos árbitros "previsibles". Grita la grada=marco pasivo. Grita la grada=2" equipo rival. etc...

Valiosísimos los 2 puntos y el tiempo ganado para la recuperación de alguno de nuestros tocados.

Enhorabuena al equipo.

Handball++ dijo...

Todo lo que sea sumar puntos de 3 en 3 es de aplaudir.

El Espíritu de Magdeburgo dijo...

Amigo Handball++ ¿Te has hecho futbolero? Aquí sumamos de 2 en 2. jeje

Dicho sin acritud. Un abrazo.

Handball++ dijo...

jejejeje es lo que tiene leer el marca y escribir en el blog a la vez...