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miércoles, 17 de agosto de 2011

Toda una sensación

Foto web Caja3 BM Aragón (José Manuel de Buen)

Ahora que estamos todos entre maletas y petates, resulta conocido evocar el paisaje que sugieren las estaciones. Allí se cruzan mil historias con destinos diversos, con ilusiones, esperanzas, proyectos de futuros, sufrimientos y también huidas ¿Por qué no? Una búsqueda renovada de poder configurar un mañana, procurando que no sea un descarte en miniatura de la propia vida. En resumen, una ventana que condensa camino y deseo, lo que fuimos y lo que nos podemos atrever a ser.

Sin embargo, en este espacio de la red que compartimos, jugamos igualmente entre todos en una estación. Es un cubo con cierto aire soviético, geometría sin variaciones, que esconde dentro a una quincena de muchachos, acompañados por otro cierto número de fieles servidores, aquello a lo que se denomina cuerpo técnico. Sería iluso atreverse a colocar una única denominación a las interacciones que se forman entre los que acuden a nuestra particular estación y los que, abajo, nos sirven de vehículos para la enorme gama de sentimientos que, en definitiva, se generan. Eso que se establece bien como pasión bien como afición no dejan de ser realidades vacuas de las mil veredas que han ido a confluir al coloquial “Felipe”.

Llegados a este punto, conviene aclarar que esto no es ningún alegato de forofo, ni siquiera una comunión entre grada y equipo revestida de esencialismo. La metafísica y los espíritus son patrimonio de aquellos que viven en la elevación. Como muchas de las realidades de esta vida, el camino más corto, con menos curvas, suele ser igualmente es más fácil. Lejos de buscar significados irracionales, parece preferible llamar la atención sobre ese andar varas veces inconsciente, disfrazado de rutina, que nos lleva a una butaca y a sesenta minutos de balonmano. Resultaría inútil buscar unívocos planteamientos en la gente tan variada que estamos allí en vez de relamernos en nuestra propia pluralidad. Hemos llegado al mismo sitio y se llama Caja3, sin trayectorias ni ideas calcadas.

En este punto, cada uno comenzaría su propia historia, con minúscula, la de los individuos anónimos. La cervecita de antes, la previa en el periódico, los comentarios en el coche, quién nos visita hoy, el propio discurrir de la temporada, el saludo con los vecinos de asiento, los aplausos, los gritos, algún juramento,… Todo conforma un cosmos particular que encierra una proyección de nosotros mismos. Evidentemente, es excesivamente prolijo y muy particular hablar de lo que le supone a cada un sábado de balonmano. Al que esto escribe, seguramente compartido, le conlleva a disfrutar, de nuevo en base a lo pequeño (y en buena compañía,  eso es imprescindible) de un oasis semanal. También de un rato de mala leche si las cosas no resultan como gustaría, pero eso viene incluido en el pack. Sin embargo, no fastidiemos, ¿quién no está deseando que pasen estas dos semanas para ver el partido de presentación?

Así que si, como parece, resulta que en el fondo vamos a coger el mismo tren y en el mismo lugar para este año 2011-2012, no podemos dejar por un momento de apretar los dientes y pasar por el hilo de la memoria a un Malumbres puño al cielo después de sacar la pelota, un Pablo dos puños a la altura de los hombros y mirada al banquillo, un Sorli historia viva, un Cartón como institución zurda, un Masachs cuando huye del banquillo transformado en un manojo de nervios ante la igualdad del marcador, un Demetrio historia y jerarquía fusionada, un Grebenar que va a confirmar un brazo de postín, un Val posibilitado para ser el dueño de los seis metros en ambas porterías, un Casanova firme en liderato de unas transiciones que el mismo inicia con su garita en el centro de la defensa y un Maqueda sin techo y sin limite. Pero si hay ganas especiales, ellas son alrededor de un Vigo que viene a ocupar un sitio reservado para él hace tiempo y que, a buen seguro, vamos a agradecer (¡un central puro!), un Javi García al que en ataque parece ser que nadie va a parar a la media vuelta, un Humet al que el año pasado lo vi martilleando por TDP a Ohlander y pensé, ojalá lo tuviéramos aquí y un Postigo cuyo apellido no acaba en “–vic” ni lo necesita. Con sencillez y, sobre todo, con humildad, no se le pierden nunca a las cosas la cara. Y los aficionados tenemos mucho que decir a ese respecto

Ese tiene que ser el Caja3 y un buen espejo de ello podría ser, el siempre en filo de la hoja, Antequera. Ha hecho un video de captación de socios que, con todas sus limitaciones, ilustra lo que supone la superposición de corazón y trabajo a la ausencia de recursos. Sin embargo, lo que definitivamente restriega la patata, al menos al que esto escribe, es el inmortal  Benedetti, cuyo testimonio dibuja el fondo de estas palabras mal trilladas:  

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
(…)






Fdo.: Álvaro Lombardo Sáenz 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

joer, d q era el porro

El Espíritu de Magdeburgo dijo...

Buen artículo Álvaro.